Casado con... ¡¿El futuro rey?! |KUROKEN|

Especial: El Tercer Beso Jamás Contado

Era el quinceavo día después del mejor día de su vida, así es señoras y señores oficialmente Kuroo Tetsuro había dado su segundo beso quince días atrás a su amado gatito teñido, no hubo manera de arruinar los ánimos de Tetsuro desde ese entrañable y cliché segundo beso, una anécdota que sin lugar a duda les contaría a sus hijos, a sus nietos, a sus bisnietos y si su moralidad casi extinta se lo permitía al mundo enteró.

Iba tan campante como solo el podía, todos en palacio se le quedaban mirando más que de costumbre, por la sonrisa bobalicona que llevaba desde hacía días, incluso sus padres lo miraban raro, pero no le cuestionaban al respecto, si su hijo era feliz mejor para ellos. Su sonrisa soñadora incluso perturbaba a Takao, no es que el hombre no estuviera acostumbrado a la alegría habitual del joven, pero esa forma tan particular de sonreír era inquietante, aún así no le comentaba nada de camino al instituto, en cuanto el heredero al trono bajo el chófer se quedó un tiempo mirando por los espejos al azabache.

-Yaku, querido amigo, muy buenos días-el castaño que discutía algo con Kei se volteo a verlo como si un tercer ojo adornase el perfecto rostro del más alto.

-Viejo ¿Estás seguro que estás bien? No te estarás muriendo ¿Verdad?-el de lentes también se mostró curioso por el comportamiento del mayor.

-Estoy más que bien queridos amigos-con esas nueva sonrisa que brillaba más que Hinata continuo su camino, buscando de mientras a su lindo prometido, lo encontró a unos metros hablando de Hinata y Akaashi, por lo que se auto invito a la charla acercándose por detras-Buenos días gatito-al teñido le recorrió una desagradable corriente antes de, cuál gato, esconderse detrás de Keiji, el otro azabache mantuvo su expresión neutra casi aburrida.

-¡Buenos días Kuroo-san!-le saludo tan enérgico el pequeño revoltoso de primer año, el mayor me devolvió el gesto, haciendo hacer una mueca al de segundo y una cara de asco y perturbación al de tercero.

-Yo... clases... ya-y aprovechando que Tamaki y Masa pasaban cerca, el rubio se colo entre ellos huyendo del más alto, pero estaba bien, en cuanto el lindo rubio bajara la guardia iba a obtener su tan ansiado beso.

.

.

.

Las clases habían acabado, y el club no tenía actividades ese día, por lo que podía irse a casa temprano para continuar con su papeleo, mentalmente repasaba los documentos importantes que requerían su atención inmediata, cuando paso frente al aula de su chico, por curiosidad y con esperanza de encontrar al rubio ahí para insistir en acompañarle a casa, se acercó a la puerta entre abierta. En definitiva ese era su día de suerte, Kenma seguía en su salón y eso para Tetsuro no era otra cosa más que una invitación a que lo acompañará a clases, no era porque el rubio llevaba días sin dormir por la constante pesadilla de su futura boda, no era porque había tenido diagnósticos toda la mañana, o porque el último profesor el del historial lo había hecho dormir, no, claro que no, era porque lo estaba invitado a volver junto a casa... Por supuesto.

Mientras se acercaba al pupitre de su prometido una idea surco su cabeza... ¿Y si... aprovechaba la oportunidad?

El chico parecía profundamente dormido y quizás así se ahorraba una nueva cachetada, se agachó a la altura del sereno rostro de su amado y con las manos sudandole beso esos finos, sabrosos y cálidos labios, succionó suavemente el labio superior ajeno con los suyos, se sentía en las nubes, quería profundizar el beso, recorrer con su lengua la cavidad ajena, pero también le gustaba vivir, y hacer eso sin el consentimiento de Kenma se sentía mal, por lo que se confirmaría con eso, por ahora. Se alejo al escuchar a lo lejos la escandalosa voz de Hinata, quien seguramente buscaba a su amigo, por lo que dejando un rápido beso en la frente del menor se retiró, con tanta suerte que al momento en que el salió, por la otra puerta entraban Hinata y Akaashi.

-¡¡Kenma despierta, vamos, vamos, arriba, hay que ir a casa!!-el revoltoso Shoyo dió palmatitas en el pupitre de su amigo con una sonrisa radiante, al azabache aún le asombrada la poco importancia que le daba el menor al hecho de despertar a Kozume que era una especie de ogro cuando lo despertaban.

-Callate Shoyo, al fin logré dormir... Pero fue un sueño raro-murmuro el teñido frunciendo los labios.

-¿Eh? Tonto Kenma seguro apoyaste la cara en el banco otra vez, tienes todo el labio hinchado-regaño Shoyo negando suavemente.

Keiji miro en dirección a la puerta que estaba al final del salón, juraría que vio a alguien salir cuando ellos entraron...¿Quizás un compañero? ¿Debería comentarlo? Nah.

.

.

.

A Takao casi le dió algo al ver a Tetsuro llegar al auto dando saltitos y moviendo los brazos emocionado... Definitivamente tendrían que hacer ver al príncipe heredero con algún profesional, eso no era normal en el.

-Takao, oficialmente, el mundo podría acabarse y me daría igual, puedo morir en paz-una gota de sudor le recorrió al conductor quien solo rio suavemente ante las palabras del menor, no iba a arruinar su humor, quizás al chico solo le estaban pasando muchas cosas buenas y ya, y ellos ahí preocupándose por nada.

-Me alegro que este tan feliz Tetsuro-sama-comento emprendiendo el camino a palacio.

-No puedo esperar a que ese día llegue-y el hombre no tuvo que preguntar pues sabía de qué día hablaba, desde que los reyes le dieron la noticia el azabache no hablaba de otra cosa que no fuera su boda, sobre lo perfecto que sería ese día, de lo emocionado que estaba, que si las flores, que si el lugar, que si la comida, y el mayor no podía hacer más que alegrarse por la felicidad de quién consideraba otro hijo, el había visto crecer a Tetsuro, y su hijo y este eran muy buenos amigos, por lo que el cariño hacia el chico era inevitable-el mejor día de mi vida-murmuro ensoñado recostandose en los asientos del vehículo.

-------------------------------------------------------------------------

Algo es algo no?... perdón los quiero

Y solo para aclarar el título está bien