Fiesta De Compromiso 2/2

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Capítulo XXIX: Fiesta De Compromiso 2/2

-Entonces... ¿A donde vamos?-pregunto por quinta vez consecutiva el albino, al paso en el que iban no llegarían a su destino, bueno, Bokuto no llegaría.

-Ya se lo eh dicho Bokuto-san, no me apetece volver a la fiesta, además e sido muy claro al decirle que no venga-repitió por quinta vez Akaashi.

-Pero es que no se como volver-se escudo el mayor-...¿Ya llegamos?-Keiji miro al cielo rogando a todas las deidades conocidas y desconocidas que le dieran paciencia para no cometer homicidio, o quizás suicidio aún no se decidía.

-...-el azabache se giró a verlo con cara de pocos amigos, gesto que no captó el de ojos ámbar por andar mirando la cigarra que se posó en su hombro, bueno, al menos no molestaría por un rato.

La pareja continuó caminando en completo silencio, en más de una ocasión Keiji contempló la idea de abandonar a Koutaro a su suerte en el amplio jardín de la familia, que era prácticamente un bosque y luego decir que de lo llevo un águila, una gran águila.

Los frondosos árboles daban un aspecto sombrío, más al ser iluminados por luciérnagas daban un aire casi místico, el cántico de las cigarras le daban un toque de paz al inmenso lugar, cada tanto de escuchaba las ramas crujir por el viento y una que otra traviesa ardilla que se dedicaban a saltar de árbol en árbol jugando a la pilladita, todo combinado era una típica escena cliché sacada de una novela romántica, aunque eso era lo último que le interesaba al de ojos verdes.

Al cabo de unos minutos llegaron a su destino, sobra decir que al albino casi se le cae la quijada al ver ese pequeño kiosco de paredes de cristal, la estructura que lo sostenía era blanca, pese a ser de noche, o quizás era por eso, que el lugar se veía tan mágico, al chocar la luz de luna con la transparente superficie. Admirado se le daba corto para nombrar el sentimiento que lo invadía, eso sumado al contraste que hacía la iluminación con el pálido rostro de Akaashi hacia la escena aún mejor, una sonrisa embelesada se formó en Koutaro, sin saberlo su prometido había robado su corazón, era imposible no enamorarse de él, su manera de ser, tan tranquila y amable, que era todo lo opuesto a el, su forma de expresarse, todo en el menor lo cautivaba, cada día sentía que entendía más a su mejor amigo cuando hablaba de lo perdidamente enamorado que estaba de su primo, pese a que Kenma no era alguien fácil de tratar.

-¿Qué es este lugar Akaashi?-cuestionó curioso mirando detenidamente cada rincón del kiosco.

-Mi padre construyó este lugar para mi madre-respondió con una sonrisa nostálgica, que fue inmediatamente reemplazada por una mueca sombría, había pasado mucho tiempo desde que estuvo ahí, creía que ya no le afectaría, grave error-fue una equivocación venir aquí-su expresión volvió a ser la misma de siempre, fría e inalterable.

-Creo que es un lugar hermoso-sin pedir permiso se adentro al lugar bajo la atónita mirada de Keiji.

-Espere- ¡Bokuto-san!-como si de un niño se tratase Koutaro le llevó la contra y comenzó a girar como trompo, Akaashi solía pensar que se iba a casar con un niño en el cuerpo de un hombre.

-¡Ven!-pese al evidente mal humor del menor el albino lo atrajo hacia el y comenzaron a dar vueltas, un recuerdo llegó a la mente de azabache.

Flashback...

-Oh ¿Donde se habrá metido Keiji?-la dulce voz de una mujer se escuchaba por el kiosko mientras daba lentes pasos recorriendo su entorno.

Una suave risilla salió desde el pulcro mantel blanco con encaje que adornaba la mesa de vidrio que decoraba el ambiente, la mujer continuó paseando a paso calmado mirando de un lado a otro con una dulce sonrisa antes de agacharse, levantar la blanca tela y observar al pequeño niño de hermosos ojos verdes, grandes y expresivos, quien se hecho a reír al verse descubierto, cuando pretendía huir fue capturado por un par de delgados brazos, eso solo hizo aumentar su carcajada, recibió múltiples besos en su rostro.

Casado con... ¡¿El futuro rey?! |KUROKEN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora