Una Cita Un Poco Caótica

3.3K 286 179
                                    

Capítulo XXVI: Una Cita Un Poco Caótica

La luz se filtraba por las cortinas blancas, iluminando tenuemente la habitación, puesto que las grises nubes de fuera impedían el paso total de los rayos del sol. El clima ese día no parecía prestarse para ninguna actividad que implicará salir al exterior, las manecillas del reloj era el único sonido que irrumpia la perfecta armonía que se había formado, acompañada de las pausadas respiraciones de ambos chicos.

Un travieso rayo dio de lleno en el ojo derecho del azabache rompiendo el fino hilo entre el mundo de los sueños y la cruda realidad, con algo de fastidio terminó por abrir los ojos, los cuales volvieron a cerrarse tras recibir la claridad que bañaba su habitación, quiso llevar una de sus manos para fregarlos más un peso en su brazo se lo impedía. Nuevamente abrió los ojos está vez de forma más lenta y deslizó sus ojos hacia abajo encontrándose con el responsable de su adormilado brazo, cierto rubio dormía plácidamente babeando levemente su antebrazo y parte de la almohada que ocupaba.

Una sonrisa suave se curvo en sus labios antes de presionarlos contra la frente del menor, aspirando el aroma a manzana del mismo, los leves quejidos del menor se hicieron presentes dandole al mayor la indicación de que se apartara.

-Buen día bebé-murmuró con voz pastosa mientras repartía caricias con su mano libre en el cabello rubio del menor.

-Mnh-el pequeño se removió abriendo con cautela sus ojos, resfregandose en el brazo del mayor en búsqueda de más calor.

-¿Cómodo?-preguntó divertido.

-Si~-soltó en una especie de ronroneo.

-No tientes Kenma-susurró entre dientes fijando su vista en el adorable chico entre sus brazos.

-¿Mm?-miro confundido al mayor al ser sacado de su comodo lugar y dejando en la fría cama-¿Tetsu?-llamó extrañado.

-Quiero mi beso mañanero-anunció lamiendo sus labios de manera sensual.

-¿Esa palabra siquiera existe?-arqueo una ceja confundido pasando por alto el significado de las palabras del mayor.

-¿Eso importa?-preguntó con burla acorralando al menor entre su cuerpo y el mullido colchón.

-Mng-un suave gemido salió de los labios del oji-dorado cuando se unieron en un cálido beso, sentía sus mejillas quemar mientras su esposo rectaba con una de sus manos, por su abdomen.

A ese beso le siguieron muchos más, Kenma no podía hacer mas que rendirse ante los mimos de su esposo, rodeó con ambos brazos el cuello ajeno entregandose a las cálidas caricias de Tetsuro. Sus bocas desprendían dióxido de carbono como si sus vidas dependieran de eso, se separaban por escasos segundos a una diminuta distancia antes de volver a buscar los labios ajenos con desesperación.

*Tok Tok*

-¿Tetsuro-sama? ¿Kenma-sama?-la suave voz de una anciana se escucho al otro lado de la puerta-¿Se puede?-preguntó aún del otro lado de la puerta.

-¿Oba-san?-se extraño el azabache, mas no pudo agregar más cuando una certera patada le llego al estomago-auch-protestó cayendo de la cama por haber estado tan cerca del borde.

-Pase-permitió Kenma incorporándose en la cama y arreglando en la medida de lo posible su alborotado cabello.

-Les traje el desayuno-estableció adentrándose en la habitación y depositando una charola en el velador junto a la cama.

-Gracias-musito sonriendole suavemente a la mujer-¿Estas bien?-preguntó mirando a su esposo aún en el piso sobandose la cadera.

-Supongamos que si-le dedico una mirada para nada feliz terminado de pararse.

Casado con... ¡¿El futuro rey?! |KUROKEN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora