Nuestro inició

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Chen Yu había tenido el deseo de ser parte de la fuerza policial desde que tuvo uso de razón, inspirado en sus hermanos mayores y sobre todo por su padre. Se destacó desde su educación primaria así como en la academia. A los 23 años ya formaba parte de un grupo selecto de oficiales.
Con orgullo portaba su insignia a la cual debía honrar con todos los valores y virtudes que significaba no solo para la sociedad sino para el status de su familia, que era reconocida en la cuidad.
Pero nada lo preparó para enfrentar el desafío de enamorarse de una persona seis años mayor y que fuese un hombre.
Su primer encuentro fue desastroso, Yu fue herido en una redada y llevado al hospital. Su herida no era tan grave pero necesitaba reposo, ya que fue lastimado en una pierna.
Su terquedad choco con la paciencia del médico de guardia, Wei. Discutieron como si no hubiese mañana hasta el punto de rabiar ya que Yu pretendía marcharse pues él se sentía bien y además odiaba estar en ese lugar.
Wei no tuvo más remedio que darle un tranquilizante para que se quedará quieto y así descansar.
Al día siguiente, no se querían ni ver pero las circunstancias lo llevaron a tener que hacerlo.
Al darle el alta Wei por fin sintió alivio y ya no tendría que tratar con ese tipo tan arrogante y demasiado serio. Sin embargo, como gesto de agradecimiento por parte de la familia y en especial del señor Chen, fue invitado a una cena.
No pudo negarse debido a la relación entre el director del hospital y dichas personas
No fue tan elegante ya que la simplicidad era su característica.
Y allí estaban, toda la familia, se podía notar la clase de personas que eran.
Entre comentarios y risas, por parte de la familia, salvo Yu que se encontraba en silencio y solo cuando su padre le preguntaba sobre ciertas cosas, solo se limitaba a asentir en silencio.
Hecho que a Wei le parecía un poco cómico y tierno, pues imaginaba a Yu como un pequeño conejo asustado en manos de su progenitor.
Quizás si les preguntarán en que momento se enamoraron no sabrían decirlo. Su amor surgió como la luz de la mañana, sin desearlo, sin buscarlo.
Quizás a Yu le atrajo esa sonrisa y alegría que desprendía Wei al hablar, esa mirada traviesa y feliz, que hacía que se quedará pasmado mirándolo atentamente.
Por su parte a Wei, le gusto la manera en que era observado, se sentía emocionado. A veces de la nada Yu lo abrazaba o molestaba de una forma infantil, pero siempre cuando estaban solos. En público era más recatado y sereno. Pero en cada mirada que le daba se podía apreciar el amor que le tenía.
Poco a poco este sentimiento creció en sus corazones y la sensación de querer más que unas cuantas caricias se hacían más evidentes en cada urgencia por besarse y sentir la calidez de sus cuerpos en cada abrazo.
La necesidad crecía como una planta al llegarle el sol, hasta que no pudieron frenar su enorme deseo.
Para ambos sería la primera experiencia sexual, ya que a pesar de su edad Wei, jamás se había preocupado por tal cosa, había tenido citas pero que solo terminaban en amistades, nunca se interesó por alguien como lo estaba por Yu.
Lo mismo era para el oficial, virgen y dispuesto a experimentar con la persona a la cual había elegido.
Aunque el problema para ambos era quién tomaría la iniciativa primero.

Déjame amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora