Amigos Y No Más #1 °YeonJun Y Tú°

XLIII

*Narra ____*

Fei regresó de su Luna de Miel luego de una semana. Ella y su esposo planeaban ya mudarse a otro lugar no tan lejos de la casa de mis padres.

-¿Tú te hubieras mudado con Víctor, princesa? - preguntó Lucifer, mientras me servía un vaso de agua.

-No hables - dije entre dientes y salí de la cocina.

-Ay, ¿por qué no? Lo siento, pero sólo es una pregunta - se encogió de hombros.

-Que no hables - di un sorbo del vaso y comencé a subir las escaleras.

Iba a entrar a mi dormitorio, cuando escuché que la puerta de la habitación de Fei se abría.

-Unnie... - susurró.

-Hace tiempo que no me llamas así - sonreí. Ella sonrió igual, pero débilmente.

-Necesito hablar contigo - la miré extrañada.

Entró a su habitación haciéndome entender que quería que la siguiera. Cerré la puerta detrás mío, dejé el vaso sobre su mesita de noche y me senté delante de ella, sobre su cama.

-¿Qué pasó? - pregunté.

Ella comenzó a jugar con sus dedos, nerviosa, y luego levantó la mirada hacia mí. Por alguna razón supuse que algo malo había sucedido. Supuse que MinKyu le hizo algo malo.

-No fue MinKyu - dijo apresurada -. O bueno, sí fue él... - dejó de mirarme.

-¡Ya dime! - exclamé -. Odio esta insertidumbre... - sonrió. Aquella sonrisa me tranquilizó un poco.

-Bien... Am... Agh... - volvió a bajar la cabeza -. ¿Por donde empezar?

-Por el final si quieres, ¡pero dime algo! - dije desesperada.

Ella suspiró profundamente y volvió a mirarme.

-Eres la primera a la que se lo digo, ¿de acuerdo? - asentí -. No quiero que digas nada a nadie...

-¡Habla! - sonreí.

-Unnie... Ay... - empuñó los ojos y yo suspiré frustrada.

-Por favor... Dilo ya - sonrió.

-¡Estoy embarazada! - exclamó y de inmediato se cubrió la boca con ambas manos, como si hubiera dicho algo malo.

Quedé en shock, no sabía cómo responder. La miraba desconcertada mientras ella sonreía nerviosa. No puedo creerlo, ¿cómo es posible que esto haya pasado en tan sólo un mes? ¡FEI!

-¿Estás... Bien? - preguntó luego de un rato.

-¡Cómo esperas que esté bien! - exclamé aún sorprendida -. No puedo creerlo... ¡Fei, ¿cómo pasó esto?! - sonrió.

-¡Y yo cómo voy a saber! - bajé la cabeza.

-Fei, Fei, Fei, ¡FEI! - rió y yo solté una risita -. ¿Cómo se lo dirás a los papás? ¡O peor! ¿Cómo le dirás a MinKyu? - suspiró.