Siwon
El bello ángel me acompaña a todos lados, no puedo sacarlo de mi mente y solo pensar en él hace que me ponga feliz, aunque también un poco torpe porque no presto mucha atención a mi alrededor. Desde ese día que lo vi fuera del consultorio no he tenido suerte y preguntarle a Leeteuk no sirvió de nada, únicamente me dio una mirada acusatoria y me pidió que me mantuviera al margen, ahora voy todos los días y espero en mi coche con vista a la entrada del consultorio para ver si lo veo y así poder poner en marcha mi plan, no se que pretendo, pero si hay una cosa que tengo clara y es que quiero saber más de él, protegerlo y no dejarlo ir, vaya creo que ese es un buen plan.
-Idiota podrías prestar atención. -Un objeto choca contra mi cabeza y me hace reaccionar.
-Zhoumi no tengo nada, estoy en blanco y deberás explicarlo todo de nuevo.
-Me estás tomando el pelo ¿verdad?, llevo cerca de 20 minutos hablando y por lo visto el mismo tiempo que llevo siendo ignorado.
En esta ocasión traté de hacer que todas mis neuronas o un mínimo lograran escuchar a Zhoumi y aunque fue difícil, lo finalice con éxito. Miro mi reloj y es hora de hacer una visita a Teuk, todo irá bien mientras no me descubra, tengo que hacerme amigo de Heechul para que no me aniquilen.
Llevo una semana haciendo esto y espero tener suerte por fin, rendirme no está en mis planes y aunque tarde, se que volveré a verlo. Y como si lo hubiera llamado, veo como baja de un auto acompañado de la misma persona con quien los he visto las dos veces anteriores, lo veo aún más delgado y eso me molesta, ¿será que lo están matando de hambre? Un bello ser como él no debería sufrir de ninguna forma, si estuviera conmigo me aseguraría de hacerlo feliz por el resto de su vida. ¡Que demonios! De donde me salen tantas cosas cursis, en verdad algo anda mal conmigo, nunca me había comportado así y menos con alguien con quien apenas he cruzados 3 oraciones. Tengo que acércame antes de que pierda la cabeza. Espero a que su cita concluya para así poder acercarme y así no tenerme que topar con la mirada acusatoria de Leeteuk. Compro una rosa azul de la cual desprende un aroma hermoso, que te hace pensar en la primavera y cruzó la calle.
Heechul
-Leeteuk ¿puedes creer lo que me hicieron? Es que no hay forma de nombrarlo, me vendieron como a un objeto. Lo peor de todo es que esperaron a que mi hermano hiciera el trabajo sucio para ellos acercarse y sin ningún tipo de tacto darme la noticia. Es que estoy tan molesto, no, estoy furioso y todo esto me pone ansioso y me confunde. Leeteuk podrías decirme algo. -Escuchó un suspiro y una risita.
-No quería interrumpirte, es la primera vez que hablas tanto, incluso más que nuestras primeras citas.
-Necesito pensar claramente y para eso estoy aquí, no se que hacer y en mi condición es imposible escapar.
- ¿Qué te asusta Heechul? Por tu sorpresa veo que no esperabas esa pregunta.
-No me escuchaste, no estoy asustado, estoy furioso o tal vez si, ¡hay tus preguntas me confunden!
-Mis preguntas hacen que tus pensamientos tomen un camino.
-No se si estoy asustado, pero...ya me sentía culpable por ser una carga para Shindong, ahora pasare a otras manos, me siento un inútil. Primero me preocupaba que la persona no supiera de mi condición, mis padres ya dijeron que si estaba enterado y casi lo ponen como un mártir.
- ¿Temes que te rechace? -Asiento con la cabeza y sigo sorprendiéndome de cómo hace para saberlo. -Todos merecemos ser amados y amar Heechul, sin importar nuestra condición o cualquier cosa que podamos poner como pretexto. Todos tenemos inseguridades, pero tu puedes hacer un cambio y no lo hagas para gustarle a esta persona, es para gustarte y aceptarte más a ti.
Antes era un chico completamente seguro, nada me intimidaba, era envidiado y admirado por muchos, ahora todo cambió y perder mi vista me dejó un vacío mucho más grande porque sacó a relucir mis demonios internos, no solo combato con la oscuridad física sino con mi oscuridad interna y no se cual me resulta más difícil de combatir. Me despido de Leeteuk y salgo con las ideas más clara y una mente más serena.
Un perfume que me a estado siguiendo desde hace un par de días hace que mi corazón se acelere y una dulce y profunda voz hace eco en mis odios.
-Heechul, siempre es un placer encontrarme contigo. -No puedo evitar poner los ojos en blanco, que bueno que no lo puede ver, es tan básico pero un así quiero que continúe. Lo único que hago es sonreír y siento como el color sube por mis mejillas. Qué vergüenza. Me siento como un adolescente. -Te traje una rosa, es de color azul.
-Gracias por el dato.
-No quise, discul...
-No te preocupes, creo que mi lengua es demasiado filosa. Gracias de verdad, huele estupendamente.
-No tanto como tu. Yo...
-Que lindo. -Demonios.
-No me puedo dejarte ir sin que me des tu número.
-¿El mío? ¿De verdad?
Ahora me encuentro esperando una llamada que quizás nunca suceda, quiero ser optimista pero después de dos días sin recibir la famosa llamada, creo que es hora de darme por vencido. Fue lindo mientras duró y ahora solo puedo imaginar a un hombre sin rostro con una voz que me quita el sueño.
-Heechul teléfono.
-Gracias nana. ¿Quién habla?
-Heechul soy Siwon. -Al escuchar esas palabras creo que mi corazón se traba y se salta unos cuantos latidos, siento como intenta salir por mi garganta. -Extravié la hoja donde tenía tu número y en su búsqueda mi departamento quedó patas arriba, aunque valió la pena. Se que no tenemos mucho tiempo de conocernos, pero quiero invitarte a comer, puedo decirte ahora todo de mi para que tu familia y tu se sientan más seguros.
Después de eso pasó 15 minutos o más hablando de su vida, no puedo evitar sonreír, se me hace un gesto tierno y aunque no lo conozco siento que puedo confiar en él como nunca me había pasado con nadie, soy demasiado desconfiado, pero él hace que baje la guardia, podría arriesgarme y ver que pasa.
-Siwon acepto, pero ¿puedo elegir el lugar yo?
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No te voy a soltar (Sichul)
FanfictionNunca pensé que en un momento todo terminaría, que la vida perdería todo sentido y aquello que damos por hecho se esfumaría. Una vida alejada de la perfección, rodeada de todos los lujos, pero carente de amor. Desde muy pequeño me enfrente a la dec...