XVI

2.2K 267 153
                                    

En el presente, 03:45 PM.

—Estás quedándote dormido, otra vez.

Dabi levantó la cabeza con un bostezo. Su espalda se quejó por estar en la misma posición durante tantos minutos, pero ignoró el ligero dolor y se apresuró en servir un vaso de cerveza. El grifo expulsó aire justo antes de que pudiera desbordarse, indicando que era hora de cambiar el barril.

—¿Qué haces aquí? Creí que habías dejado de beber. ¡'Giri, otro barril!

Giran bebió medio vaso de un solo trago, limpiándose la boca con el dorso de la mano. Se veía igual de canoso que siempre, cabello perfectamente peinado hacia atrás con gel. Las cadenas doradas seguían alrededor de su cuello, como si quisiera que el mundo se enterase de que era un gangster. El espacio entre sus dientes había desaparecido, ahora siendo ocupado por una paleta de oro que brilló bajo la luz opaca del bar cuando sonrió. 

—Lo hice. Pero uno siempre vuelve a lo que le hace feliz, ¿o no? 

Dabi le mostró el dedo medio y él rió con sorna. 

—Aquí tienes —Kurogiri dejó el barril a su lado, palmeando la tapa de madera. Saludó a Giran con un gesto y volvió a marcharse por donde llegó. 

—Gracias por nada. 

Atsuhiro tomó asiento en otro taburete, golpeando la barra con dos dedos. Dabi rodó los ojos, terminando de cambiar el barril. Sirvió dos shots de ron y se los dejó enfrente, observando con una ceja alzada como los bajaba en menos de un segundo. 

Giran silbó. 

—¿Día complicado?

Atsuhiro asintió, dejando caer la cabeza en sus manos. Ese día no habían máscaras ni sombreros a la vista. 

—Intenta no desmayarte aquí. No quiero tener que arrastrarte hasta otro callejón —Dabi rió mientras le servía otro shot. 

—Siempre tan considerado. 

—No es mi trabajo cuidar de ustedes. 

—Porque claramente no puedes ni cuidarte a ti mismo —Giran le sonrió de lado, levantando el vaso para que volviera a servirle. Con su otra mano se colocó un habano entre los dientes. —¿Tienes encendedor?

Las horas parecían eternas cuando pasabas el día parado detrás de una barra, Dabi lo había aprendido al comenzar a trabajar en aquella cafetería meses atrás. Pero trabajar en un bar era diferente a trabajar en una cafetería o un lugar de comida rápida. Para empezar, no sentía que el cerebro se le freía con cada nueva orden que entraba y podía darse el lujo de pensar en otras cosas además de los pasos para hacer un maldito café. 

Dejando de lado la parte de tener que soportar oír los problemas de los alcohólicos que se sentaban allí a las tres de la tarde a beberse toda la reserva de whisky, ese trabajo era el mejor que había tenido en su corta vida. Kurogiri no pagaba mucho más de lo que ganaba en la cafetería, pero algo era algo. No se iba a quejar. 

Atsuhiro se marchó una hora después, algo tambaleante y exclamando algo parecido a "El show debe continuar." Dabi había aprendido a no preguntar. Otro hombre llegó, ordenó dos shots de sake y un vaso de whisky y se unió al juego de pool. Giran siguió encorvado en su asiento, bebiendo cerveza tras cerveza y burlándose de cada persona que entraba o salía del bar.  

—No tienes nada de qué avergonzarte. Digo, cuatro de cada cinco personas en este basurero han consumido drogas, por el amor de Dios. No es nada nuevo. ¡Oh! Pero la gente se esfuerza en hacerlo tabú. Eso no ayuda a nadie.

SEASONS OF LOVE ; DABIHAWKS 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora