XXV

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—¿Así que soy tu novio ahora?

Los dedos peinándole el cabello se detuvieron. Dabi inclinó la cabeza hacia atrás, dejando de prestarle atención a su libro para concentrarse en la mirada curiosa de Keigo.

—¿Quieres serlo?

Sonrió con satisfacción al notar el sonrojo en la punta de sus orejas.

Keigo bufó, golpeándole la frente con un dedo.

—Supongo que no sería tan malo.

Despertar en el hospital con una aguja enterrada en las venas, eso no era nuevo. No que sucediera todos los días, pero Dabi lo vivió antes. Esa vez, sin embargo, supo que la había cagado inmensamente al ver a Shigaraki de brazos cruzados a los pies de la camilla.

Natsuo levitaba un poco más atrás, mimetizando la posición mientras se recargaba en el borde de una mesa. Cejas fruncidas tensaban los músculos de su rostro, curvando hacia abajo las comisuras de su boca. Era lo más enojado que lo veía en años hacia alguien no fuera Todoroki Enji. Aunque no comenzó a gritar apenas Dabi abrió los ojos, así que algo era algo.

Shigaraki se movió para servir un vaso con agua, dejándolo en las manos de Dabi con más brusquedad de la necesaria. Su expresión, a diferencia de la de Natsuo, era una perfecta lámina en blanco. Nada que indicara enojo o frustración, ni siquiera el usual temblor del músculo en su mandíbula cuando apretaba los dientes. Nada.

Dabi se reincorporó en la camilla por su cuenta, rechazando la ayuda con una mano alzada. A excepción del hombro izquierdo y la cabeza, el resto de su cuerpo parecía estar en perfecto estado. Al beber el frío líquido, notó lo vacío que sentía el estómago. Como un globo, manteniéndose a flote únicamente con aire.

—¿Recuerdas algo de lo que pasó? —la tranquila voz de Shigaraki llenó el silencio. Dabi asintió porque , cómo olvidarlo. —¿Quieres hablar sobre eso?

Sacudió la cabeza, de repente ganando interés en el agua dentro del vaso.

—Deberías —su hermano intervino. —Es la tercera vez que casi-

—Natsuo.

Él cerró la boca tan rápido que Dabi escuchó cómo sus dientes colisionaban. Apartó la mirada hacia una esquina de la habitación, murmurando una disculpa casi inaudible.

Dabi lanzó una ojeada al monitor a un lado de la camilla, mirando sin realmente ver los números subiendo con cada latido.

—¿Cuándo podré salir? —preguntó hacia nadie en particular, hablando por primera vez en horas. La garganta le ardía.

—Dos días. Querían dejarte más tiempo por seguridad, pero logramos convencerlos de que nosotros te cuidaríamos.

Dabi respondió con un simple sonido de reconocimiento, dejando su cabeza caer hacia atrás.

—¿Quién me encontró esta vez?

—Yo —Shigaraki dijo. —En tu habitación.

Bueno, ese lugar era nuevo. Al menos no había sido en el baño esta vez.

Dabi parpadeó hacia el techo, recordando vagamente qué le había llevado a terminar en esa situación. Ladeó la cabeza para unir miradas con Natsuo sin volver a levantarse.

—No me arrepiento de lo que hice, ¿sabes? Así que si estás aquí por lástima, eres libre de irte.

Su hermano inhaló por la nariz, abriendo y cerrando las aletillas de la misma forma que Enji. Entrecerró esos ojos grises tan llenos de furia contenida, ni siquiera molestándose en escupir un insulto antes de abandonar la habitación con un portazo.

SEASONS OF LOVE ; DABIHAWKS 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora