XX

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Alrededor de las dos de la tarde comenzó una pelea en el bar. Era ridículamente temprano para que todos comenzaran a desconocerse, pero, de nuevo, nunca nada giraba en torno a las reglas pre-establecidas del sentido común por ese lado de la ciudad. Dabi se entretuvo a sí mismo observando con desinterés como puñetazos eran repartidos de derecha a izquierda, moviéndose detrás de la barra para seguir sirviendo tragos.

A nadie parecía importarle lo que sucediera, mientras el peligro no estuviera dirigido directamente a ellos, y no era el trabajo de Dabi separar a dos alcohólicos furiosos y llevarse un ojo morado en el proceso, así que tampoco movió un músculo —Ni siquiera cuando uno de esos hombres le robó el sacacorchos que, de alguna forma, en lugar de clavarse en la pierna de la víctima o algo, terminó por perforar una de las tuberías que atravesaba el techo.

Kurogiri fue quien actuó, deteniendo la pelea con ese respeto y tranquilidad que lo caracterizaban, mas nunca perdiendo la firmeza. Ambos hombres fueron pateados fuera del bar por la puerta trasera y él regresó sacudiéndose las manos como si hubiese terminado de sacar la basura. Se paró debajo de la tubería perforada con las manos en la cintura y luego se giró hacia Dabi con los labios fruncidos.

—Esto me traerá problemas, ¿verdad? —Dabi sólo se encogió de hombros. Él suspiró, volviéndose hacia la multitud aún expectante. —Nada que ver por aquí. No se volverá a repetir.

A nadie parecía importarle eso, tampoco. La movida usual del bar se retomó, algunos regresando a beber y otros a jugar al billar. Giran no estaba por ningún lado. Dabi extrañaba su molesta presencia.

Desde allí comenzó una cuenta regresiva, sin que ninguno lo supiera. Pero el sacacorchos no aguantaría mucho más la presión del agua y eventualmente cedería, dándole paso libre al agua para comenzar a inundar el lugar.

Y eso fue justo lo que pasó, algo así como treinta minutos después. La perforación había empezado a gotear. Dabi colocó un balde debajo de ésta para no mojar el piso y siguió con su vida como si no fuera la gran cosa. Cuando el sacacorchos salió volando para estrellarse contra una pared, nadie lo estaba esperando.

Dabi genuinamente no sabía qué más hacer además de llamar a la plomería, pero eso era algo de lo que Kurogiri ya se estaba encargando así que lo único que le quedaba era mirar como un completo idiota cómo el chorro de agua poco a poco llenaba el balde. En algún momento se encontró a sí mismo echando a todos del bar, cuando los charcos de agua se volvieron tan grandes que eran difíciles de ignorar.

—Puedes irte, Dabi —su jefe le ordenó, gestionando con una mano en dirección a la puerta. —No hay mucho que puedas hacer por aquí, de todos modos.

Eran casi las cuatro de la tarde y el agua le llegaba a los tobillos, y por supuesto que Dabi no rechazó la oferta. Además, la sensación de sus medias mojadas empezaba a molestarle un poco. Así que juntó sus cosas y se marchó, no sin antes lanzar por encima del hombro un recordatorio a medias de que podía llamarlo en caso de que lo necesitara.

Dobló la esquina del callejón al lado del bar, siendo recibido con la no-tan-grata presencia de un Todoroki recargado contra su motocicleta. Se abstuvo de poner los ojos en blanco, en cambio conformándose con mostrar una sonrisa torcida.

—¿Planeabas quedarte ahí todo el día, hasta que terminara mi turno?

Shouto levantó la mirada de sus pies al instante. Su rostro no traicionaba ninguna emoción, como de costumbre.

—Me estaba debatiendo si valía la pena entrar a buscarte o no —respondió con facilidad, encogiendo los hombros.

—Es peligroso que estés aquí. Si Fuyumi supiera-

SEASONS OF LOVE ; DABIHAWKS 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora