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MinGyu gimió de dolor cuando lo arrojaron sin cuidado sobre en el suelo de piedra, llevaba las manos atadas y ni siquiera pudo amortiguar el golpe que recibió en la cabeza, dejándolo ligeramente atontado cuando intentó incorporarse y reconocer el lugar. 

Estaba demasiado lejos de la aldea, su omega se agitó nervioso cuando descubrió que todos los olores que llegaban pertenecían a alfas, tan agresivos que no se molestaban en disfrazar su aroma. 

Le tomó un momento enfocar en medio de la oscuridad, una fogata a su lado derecho iluminaba la entrada a la inmensa cueva, pudo reconocerla, WonWoo se la mostró en un viaje que hicieron juntos al pueblo que estaba kilómetros adelante, advirtiéndole de lo peligrosa que era por lo intrincada de sus túneles y los pozos que te hundían en la oscuridad.

— ¿Qué significa esto? —Una voz grave rompió el silencio del bosque, a MinGyu le tomó un momento encontrar el origen en un alfa que se mantenía sentado lejos de luz de que brindaban las llamas.— 

— Es el omega de la manada, Yongguk —Una risa sarcástica se levantó sobre ellos haciendo que el alfa a su espalda gruñera irritado—

El dueño de aquella voz se levantó de entre las sombras dando un paso adelante donde la luz alcanzó finalmente su rostro, debía ser el alfa de la manada, todo su porte desprendía poder y autoridad, WonWoo se movía de la misma manera, con toda la seguridad que su lobo les daba, de que ninguno de sus subordinados se atrevería a retarlo. 

MinGyu tragó saliva cuando lo vió acercarse a él y no se atrevió a parpadear mientras el alfa se agachaba a la altura de su rostro, finalmente había logrado ponerse de rodillas. 

— Este omega ni siquiera está marcado —El alfa volvió a su temple serio observando al moreno, olfateándolo, tratando de detectar ese distintivo aroma él. MinGyu estaba haciendo acopio de toda su fuerza para mantenerse firme, pero la voz del alfa lo ponía de los nervios, su omega removiendose inquieto en su interior— Fui específico al ordenarles que trajeran a la pareja del alfa ¿Quién movería un pelo por un omega viejo que a penas tiene olor? 

MinGyu cerró los ojos tratando de contener la angustia que le habían causado sus palabras, su omega gimió herido en la oscuridad de su mente, considerando qué tan reales podían ser estas. Al final era cierto, él no significaba nada para la manada, nunca valdría lo suficiente como para que se molestaran en ir por él. 

Una lágrima solitaria se derramó por su mejilla, demasiado consciente de que WonWoo ya le había demostrado que nunca sacrificaría nada por elegirlo a él. La Manada era la prioridad, lo tenía tan grabado en su mente que un dolor palpable se cernía sobre su alma. ¿Cómo podría olvidarlo si esa era la causa de todo sufrimiento? Si ya le habían demostrado una y mil veces que su dolor no importaba mientras la manada estuviera a salvo. 

Quiso reprenderse a sí mismo por pensar de forma tan egoísta. Ellos estaban para sacrificarse por los otros, era el deber de cualquiera, siempre buscando el bien mayor.

Sus abuelas estarían tan decepcionados de él. 

Pero no quería morir. La conciencia de su situación le cae de golpe, debería desmoronarse y rogar por su vida. Es lo que haría cualquier omega en su situación, suplicar una oportunidad para unirse a la manada, conseguirse a un alfa lo suficientemente estúpido que no permitiera que cualquier otro le pusiera una mano encima. 

Su omega tembló ante la simple idea, no podría entregarse a nadie más. Ya lo había intentado una vez, con alguien que conocía, un hombre que era bueno para él y que lo quería de verdad y aún así fue incapaz de contener la repulsión que le provocaba estar cerca de un alfa que no era el suyo.

Flores en invierno [ Meanie ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora