2

2K 259 59
                                    

Cuando WonWoo recuperó el conocimiento se encontró envuelto en cálidas pieles y un aroma familiar rondando el ambiente. Intentó abrir los ojos, pero su cuerpo parecía reacio a despertar del todo y se limitó a llevar una mano hasta el costado izquierdo, sintiendo las gazas y vendas que presionaban con fuerza la herida que seguía abierta.

Aún con los ojos cerrados, deslizó sus dedos a lo largo de los vendajes, haciendo presión en éstos como para tantear por sí mismo qué tan graves eran las heridas. Nada de qué preocuparse.

Fue entonces cuando reaccionó que estaba usando sus manos, no recordaba en qué momento había vuelto a su forma humana y mucho menos, cuándo lo llevaron a casa. Copos de nieve danzando al vacío era lo único que permanecía en su memoria y después de eso todo era oscuridad.

- Deja de jugarte la herida o vas a abrirla otra vez -Le ordenó una voz claramente molesta-.

WonWoo abrió sus ojos, adaptándose con dificultad a la luz que entraba por la ventana. Se encontró con una mirada chocolatada que lo observaba de forma severa y no pudo evitar sonreír aunque aquel golpe en su mejilla doliera horrores.

- Estaré bien, MinGyu. No es nada grave. -prometió para tranquilizarle-

El moreno apretó la mandíbula furioso. Sus manos hechas puños a sus costados y su aroma volviéndose más intenso cada vez.

- Te encontré desangrándote en medio de la nieve, estabas tan débil que no pudiste mantener a tu lobo ¿te parece que estás bien? -un nudo se formó en su garganta cuando el alfa no reaccionó al escuchar sus palabras-

- No se supone que iba a quedarme dormido -se justificó- supongo que me ganó el cansancio.

- ¿Por qué no pediste ayuda cuando llegaste al pueblo? -Wonwoo cerró los ojos otra vez, demasiado cansado para mantener la discusión-

- No era el único herido, los médicos estaban ocupados atendiendo a sus propios alfas como para preocuparse por uno más. -

- Eres el alfa de la manada, sabes que todos se hubieran apresurado a ayudarte. -

- Y habrían dejado de atender a otro lobo -El azabache suspiró cansado, cómo si su decisión fuese la más lógica- no merezco ningún trato especial.

La frustración sólo crecía en el omega, incapaz de estar de acuerdo con las absurdas decisiones de su líder.

- Esa herida ¿Cómo te la hiciste? -preguntó después de un rato. Wonwoo se encogió de hombros en respuesta-.

- Nos atacaron, Gyu. Las heridas son parte de la defensa. -explicó con simpleza-

- No me vengas con esa mierda, Jeon. -escupió- No fueron garras ni colmillos. Te saqué una. maldita. bala. -levantó la voz haciendo énfasis en cada palabra- ¿Desde cuándo las tribus usan armas de hombre? ¿Crees que los ancianos estén de acuerdo?

- No lo creo, seguramente ni siquiera les dieron autorización para acercarse a los pueblos. Eran muy jóvenes-.

- ¿Fue por eso que te dejaste disparar? -esta vez la pregunta tomó por sorpresa al alfa, que devolvió su mirada al castaño- debes creer que soy un estúpido si no pensaste que me daría cuenta. El tiro tuvo que ser a unos centímetros para que generara ese tipo de daño.

- Haz mejorado mucho en muy poco tiempo. -

- No fue eso lo que pregunté. -Wonwoo acarició su sien cuestionándose por qué permitía que le hablara de esa forma. MinGyu había sido insolente desde que eran unos cachorros-.

- El disparo era para SeokMin, esos bastardos no tuvieron la cortesía de hacerlo de frente y antes de darme cuenta ya estaba entre ellos. Él ni siquiera se enteró -la tranquilidad en su voz terminó por sacar de quicio al omega que ya sentía sus uñas enterrandose en sus palmas-.

Flores en invierno [ Meanie ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora