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Dedicado a Susymeanie porque se mantuvo  con un desfibrilador
a un lado de esta historia, reviviendola cada vez que estaba a punto de morir,

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"El amor es una bellísima flor, pero hay que tener
el coraje de ir a buscarla al borde de un precipicio"
Stendhal
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MinGyu no puede creer lo intenso que ha sido ese último invierno, han tenido una ventisca tras otra y se han visto obligados a trabajar el doble para eliminar la nieve que se asienta fuera de sus cabañas.

El aire frío se cuela por las ventanas todas las noches y han tenido que luchar un poco más con la madera húmeda para poder encender sus chimeneas y mantener el calor en sus hogares.

Pero todas las tormentas ceden en algún momento y el amanecer trae consigo un cielo brillante y libre de nubes, con el sol en alto calentando sus rostros, invitándolos a salir de la comodidad de sus cabañas para disfrutar la naturaleza que les regalaban los dioses.

Y Ellos no eran la excepción, en algún momento se les hizo costumbre escaparse en las mañanas tranquilas a la pequeña meseta en lo alto de la montaña, esa que amanecía con una gruesa capa de suave escarcha que se hunde bajo su peso pero  que les regalaba una vista perfecta de su aldea y los inmensos terrenos que le pertenecían a su pueblo.

Todos cubiertos de un precioso blanco brillante como si alguien hubiera decidido espolvorear azúcar sobre los árboles.

WonWoo tira de la mano de MinGyu invitándole a sentarse con él, lo rodea con sus brazos cuando éste se acomoda en su regazo y le regala un beso cariñoso en el hombro, la punta de su nariz cepillando suavemente la nuca del omega, disfrutando de ese aroma que ahora puede llamar hogar.

MinGyu ríe porque le hace cosquillas y le exige que se detenga porque parece que nunca tiene suficiente de la vista y las atenciones del alfa lo distraen de lo que está buscando.

— Mira, hoy se alcanza a ver el pueblo al final —MinGyu señala emocionado un pequeño punto en la distancia, casi rozando con el horizonte donde el verde del bosque se fusiona con el azul del cielo es un suave difuminado gracias a la niebla que cubre las montañas—

Y WonWoo tararea en acuerdo, negándose a admitir que su estómago aún cosquillea de celos cuando se lo mencionan.

MinGyu al final tuvo razón, después de asegurarse de que HyunWoo acompañara a los omegas de regreso a su aldea, con el pretexto de brindarles seguridad, descubrieron que el alfa se escapaba de vez en cuando a aquella pequeña aldea que colindaba con sus montañas.

El aroma a omega bañándolo por completo al día siguiente y esa pequeña sonrisa de satisfacción que trataba de mantener escondida para evitar comentarios inoportunos de parte de sus compañeros, terminaron por delatarlo, pero No fue hasta el verano siguiente que se acercó a hablar con WonWoo, avisando que había encontrado a su omega  en KiHyun  y que este había aceptado su cortejo la primera que acababa de terminar.

Estaba entregando su lugar en la guardia, dispuesto a cortar sus lazos con la manada para formar la propia con el omega y a pesar de los celos y la fricción entre ellos cuando se veían obligados a trabajar juntos, WonWoo estaba feliz por él.

Había tratando de arreglar sus diferencias con HyunWoo desde hace mucho, porque sobre todo valoraba el coraje y la lealtad que había demostrado a la manada y no podía permitirse sacarlo de su círculo de confianza por un problema que él mismo inició.

Flores en invierno [ Meanie ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora