No recordaba que ningún celo llegara con tanta fuerza como se sentía en ese momento, su omega retorciendose de dolor en su interior, aullando desesperado porque no podía estar más lejos del olor de su alfa, de las caricias que conocía y de esa voz que le hacía sentir confortado.
Todo su ser demandaba sus atenciones con esa fiebre que no dejaba de subir y los espasmos recordandole que seguía vacío, tanto en su cuerpo agotado como su espíritu debilitado por el abandono de su alfa.
La primera noche a penas pudo pasarla sin ir más allá gracias a varios bebidas de hierbas que menguaban los síntomas de la primera etapa del celo, brebajes amargos y asquerosos que adormecian a su lobo, haciéndole olvidar por ratos la mala suerte que le había acarreado su destino.
Shownu nunca se separó de su lado, cuidando al máximo cada pequeño contacto con el moreno, estoico y firme, conteniendo los impulsos de su propio alfa que buscaba arrastrarlo a satisfacer las necesidades del omega de una forma más eficiente.
Las horas pasaban y como era de esperarse el efecto de los brebajes había llegado a su fin, el omega se retorcía sobre las pieles irritando por el contacto de su ropa y el calor que lo sofocaba, su razón ya demasiado distante como para si quiera considerarlo consciente de todas las demandas que salían de sus labios.
Shownu se sentó a un costado de la cama donde yacía temblando el moreno, su alfa angustiado de ver al lobo sufriendo, su instinto protector presionando todos los botones a su alcance para acercarlo aún más, era un alfa lo que necesitaba, ese contactos característico, el olor y la fuerza que solo uno de su tipo podría brindarle.
Un aullido lastimero sale de los labios del omega y el corazón del alfa se siente estrujarse sobre sí mismo, la mirada brillante del moreno perdida en la nada era la única evidencia de que era su lobo el que estaba al mando en ese momento, su conciencia había sido empujada a un rincón a causa del dolor y la inestabilidad que lo
agobiaba.
— Tranquilo, cachorro, todo estará bien —le prometió el alfa, acariciando su mejilla antes de ver cómo MinGyu se recuperaba poco a poco.
El omega logra sentarse como puede, su conciencia caminando sobre la cuerda floja entre su omega y él mismo, ambos irritados por la falta de acción del alfa. Un arranque de su lobo pone a MinGyu de horcajadas sobre las piernas del alfa tomándolo por sorpresa, el moreno rodea el cuello del contrario con sus brazos, aspirando con fuerza ese aroma que reconocía a penas pero estaba lejos de ser el que necesitaba en ese momento
Shownu va a tientas, colocando con cuidado las manos en la cintura del omega, la piel desnuda ardiendo bajo sus palmas y el olor sofocandolo por la cercanía. Se resistía a inhalar con más fuerza por el miedo a perder el control si se dejaba llevar por el aroma, aún podía notar la inseguridad en la mirada castaña, a penas un pestañeo en esos breves momentos en los que su lobo se debilitaba y le permitía recuperar el control.
Una punzada de dolor en el vientre obliga al omega a ir poco más adelante, sus manos temblorosas intentando desatar las cintas que mantenían cerrada la chaqueta del alfa, logrando sólo frustrarse aún más.
El celo amenaza con consumirlo en llamas y solo se lanza a los labios del alfa en un beso torpe que tardó más de lo necesario en ser correspondido, MinGyu era sólo dientes y succiones y en el instante en que obtuvo respuesta su propio cuerpo se dispuso para recibirlo.
La humedad que alcanzó las piernas del alfa hizo
que perdiera la poca razón que tanto se esforzó en mantener, tenía a MinGyu frotando su ereccion contra su vientre, escurriendo sólo para él, necesitado.
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Flores en invierno [ Meanie ]
FanfictionDespués de que la responsabilidad de la manada cayera sobre sus hombros, WonWoo prometió que no se permitiría ningún punto débil que pusiera en riesgo a su pueblo. Sabe lo que un alfa es capaz de hacer por su omega, y él no está dispuesto a darle l...