Naruto:
- Buenos días, Danzo-sama.- saludé a mi padre al entrar a la cocina. Estaba algo transpirado y mi respiración era algo agitada. Tomé un poco de agua y una manzana para luego sentarme al lado de mi padre.
- ¿Entrenando tan temprano? Pensé que no entrenarías hoy por ser tu primer día en la academia...- me miró con una ceja levantada y luego volvió su atención al periódico.
- Una rutina no se rompe por más compromisos que tengas. La persistencia es la clave en un buen entrenamiento.- mordí mi manzana hasta terminarla y tomé el agua.- Iré a ducharme, en una hora debo irme.- hice una pequeña reverencia en señal de respeto y luego me retiré.
Caminé dirigiéndome a mi habitación, me higienicé y preparé mi ropa, aún con mi toalla en la cintura.
Una vez vestido, me puse mis zapatos ninja, amarré el bolsillo con armas a mi muslo derecho y salí de mi habitación. Al llegar a la entrada, Danzo me esperaba.
- Otto-san.- hice una pequeña reverencia.
- Naruto... Tengo algo para tí, como regalo para felicitarte por tus avances.- de un pergamino sacó una hermosa katana roja y su funda, del mismo color. Mis ojos se iluminaron al ver aquel ejemplar.
- Muchas gracias, Danzo-sama. Mi kenjutsu a mejorado muchísimo, pero ¿Que rango crees que tenga ahora?- mis entrenamientos con espada habían iniciado al mismo tiempo que mi entrenamiento físico, hacía ya un año.
- Chunnin alto, casi Jounnin bajo. Me has sorprendido en este arte del kenjutsu, por eso decidí regalarte esta katana. Espero que la uses bien.- una sonrisa se posó en sus labios y yo asentí. Tomé el arma enfundada y la coloqué en mi espalda, lista para ser utilizada.
- Debo irme, Danzo-sama. Nos vemos luego.- hice una pequeña reverencia y luego coloqué mi mano derecha frente a mi rostro con mi dedo índice y mayor levantados, desapareciendo así en un shunshin de cuervos, una técnica enseñada por mi hermano mayor, Itachi.
Aparecí unos segundos después frente a la academia. Solté un suspiro y me adentré a la institución. Después de las presentaciones de algunos docentes y un largo discurso del viejo Sarutobi, finalmente nos asignaron nuestras aulas.
Al llegar al lugar, me senté al fondo justo al lado de una ventana. Me perdí en mis pensamientos durante algunos minutos hasta que sentí que alguien se sentaba a mi lado. Giré mi cabeza un poco, mirando de reojo a la persona que ocupó el lugar. Un niño con peinado de piña y rostro aburrido se encontraba sentado, con las manos detrás de su cabeza.
Chité y luego presté atención a la puerta, por donde entraba nuestro nuevo sensei.
- Hola a todos, yo soy Iruka y seré su sensei durante los años que estén en la academia ninja. Aquí no solo vamos a aprender a lanzar armas y a ocultarnos. Aprenderemos valores, supervivencia y superación. Básicamente, aprenderan a ser ninjas hechos y derechos...- sonreí ante lo último y continúe haciendo los ejercicios que nos dieron a lo largo del día.
Tenía un objetivo claro. Ser el mejor en la academia.
5 años después.
- Bien, sean todos bienvenidos a la primera parte de este exámen: la prueba escrita. Los que pasen, estarán un paso más cerca de ser gennin.
Entregaré los exámenes y no podrán dar vuelta la hoja hasta que yo de la señal, una vez que el tiempo comience a correr, tendrán 40 minutos para entregar ¿Entendido?- Iruka explicó para luego comenzar a dejar los papeles boca abajo en los taburetes, una vez que todos tenían la hoja, el exámen dió comienzo.- Oh porfavor, esto es demasiado sencillo.- murmuré seguro. Contesté todas las preguntas en cinco minutos y entregué, siendo el primero en terminar.- Sensei, terminé.- Iruka caminó a mi banco y recibió el papel, me ordenó salir fuera hasta que todos finalicen y obedecí.
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𝕊𝕠𝕝𝕠 𝕦𝕟 𝕤𝕠𝕝𝕕𝕒𝕕𝕠•Naruto Raíz• 🍂
AventuraFué criado y entrenado entre mentiras, traiciones y enseñanzas dañinas. Creado para ser un arma confiable para Konohagakure, obligado a traicionar y dañar. Pero... ¿Que pasará cuando se dé cuenta de la realidad?