Capitulo Trece

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"Mi verdadera madre"

8 de mayo de 2016;

Madrugada

Jongho

Mama te quiere Jongho —a pesar de la oscuridad noto las caricias y su presencia —no tienes que llorar mi pequeño bebe. Eres fuerte. No olvides que mama siempre te va a querer.

Mama te quiere Jongho.

Mama siempre te va a querer.

Mi verdadera madre me quiere pero no le importa si estoy viviendo una buena vida o estoy en la calle.

Ni le importa siquiera si estoy vivo o muerto.

Ese sueño que me ha invadido, no sucediendo hace tiempo, me deja un sabor amargo y me despierta no pudiendo dormir más.

Mis ojos tan hinchados pican después de tanto tiempo que he llorado hasta dormirme que duele.

Aunque más me duele soñar y la sensación que se me queda después.

También está lo que ocurre con Earth y con Yunho, quien se muestra celoso en lugar de parar a el estúpido de su ex novio.

Saliendo de mi cama, acercándome a la ventana veo que es muy de noche, sabiendo por mi móvil que es de madrugada, las tres pasadas por unos minutos exactamente.

Vestido con la ropa que llevaba en mi salida con mis amigos, poniéndome una sudadera por si hace frio aunque estemos en mayo, salgo sin hacer ruido de mi habitación.

No escucho nada ni desde la habitación de Yunho, que no ha cerrado la puerta pudiendo ver como duerme como si nada hubiese pasado hace unas horas. Acercándome despacio hacia su cama, sonriendo al verle tan profundamente dormido, me inclino lentamente, atreviéndome a dejar un beso en sus labios, saliendo segundos después de su habitación, calzándome también lo hago de casa guardando las llaves en el bolsillo de mi pantalón.

No llevo mi móvil porque lo he dejado en mi cuarto y me siento algo arrepentido por no haberlo cogido pero ya no doy marcha atrás, caminando con pasos decididos y lentos en la noche, por este camino levemente iluminado por la luz de las farolas a un lado y otro de la calle.

No hace frio a pesar de ir abrigado por esta sudadera que me he puesto antes de salir. Aún así no me la quito y sigo así, llegando a un parque cercano a casa donde la oscuridad es mayor a la calle que ha quedado ya a mi espalda.

Nunca me ha gustado nunca la oscuridad y menos desde que me dejaron en el orfanato, no pudiendo encender ninguna luz aunque fuese pequeña porque me gritaban y llamaban niñato cobarde por no soportar la oscuridad hasta que me durmiese. En casa del señor Jeong y la tía Mimi duermo con una luz permitiéndomelo ellos sabiendo de mi miedo.

Ahora que estoy solo con Yunho es igual menos cuando he dormido con él, sintiéndome extrañamente seguro de esa forma y no teniendo la necesidad de luz alguna.

En este lugar tan oscuro si siento la necesidad de ello y si hubiese cogido mi móvil así seria. Pero me lo tuve que dejar en casa y ahora estoy nervioso, notando poco a poco mis piernas rígidas, pesándome bastante andar hasta este banco donde estoy dispuesto a sentarme.

Dispuesto porque escucho pasos acercándose, no se bien en que dirección porque no veo nada.

No duro mucho de sentado, levantándome dispuesto a irme comprendiendo que ha sido un error venir, no por la hora sino por no pensar en que es peligroso.

— Jongho hijo mio.

Deteniéndome como si me hubiese de pronto congelado escucho de nuevo esos pasos, resultándome esa voz conocida aunque no comprendo bien como puede ser.

No he tratado con ninguna mujer que no sea la tía Mimi y no es su voz.

Y nadie me llamaría hijo a excepción de..

Girándome me encuentro de frente con una mujer unos centímetros más baja de lo que yo soy ahora mismo. Su cabello castaño oscuro, sus ojos acompañados de arrugas a ambos lados, esa sonrisa que de pronto muestra me traen recuerdos lejanos, más exactamente de hace seis años cuando la mujer frente a mi, mi verdadera madre, me abandonó a mi suerte.

— Has crecido tanto —me aparto cuando trata de tocarme —no me tengas miedo. Soy mama.

— ¿Mama? —asiente con emoción.

Al igual que antes de dormirme, mis ojos se llenan de lágrimas que caen por mis mejillas. La misma angustia que sentí durante todos estos años, incluso cuando asumí que nunca volvería a buscarme vuelvo a sentirla siendo mucho peor ahora que vuelve a mi presente, vuelvo a ver a mi madre con todos los cambios que los años han dejado.

— Mi pequeño ya no tienes que preocuparte —toma mi rostro, haciéndome daño por la presión que ejerce —mama ha venido a buscarte. Ya no tienes que vivir en ese lugar ni andar por las calles a altas horas de la noche.

— Hana —me atrevo a llamarle por su nombre —no vivo ya allí ni en la calle. Una familia de verdad, con un padre y una madre me han acogido y van a adoptarme. Tengo también un hermano mayor que me está aceptando en su casa. Es extraño porque no son mis padres de verdad pero me han dado cosas que tu nunca me has dado y no quiero irme contigo.

— Ellos no son tus padres —alza la voz, asustándome —no vas a ir con ellos.

— Si voy a ir —me alejo lo más rápido que puedo —no quiero estar contigo porque me abandonarás otra vez.

Sigo andando lejos de este lugar, llegando a casa en lo que saco, temblandome la mano por los nervios, las llaves, encontrándome con que la puerta es abierta por Yunho que me abraza con fuerza.

Me permito llorar entre la seguridad de sus brazos.

— Vamos a la cama y me dices donde estabas —asiento entre sus brazos aún.

Abrazándome mejor a su cuello, aunque así sea difícil andar, llegamos a su habitación en lugar de ir a la mia, abrazándome mejor a su cuerpo ahora que estamos tumbados.

— ¿Por qué has salido a la calle tan tarde?

— No podía dormirme y tenia la necesidad de salir un rato —me siento tan idiota por ello y por no poder dejar de llorar —ha sido un error hacerlo.

— Tienes el jardín y allí no hay peligro Jongho —pasa sus dedos por debajo de mis ojos —y me podías haber despertado si necesitabas hablar.

— He visto a mi madre —le miro a los ojos —quería que fuese con ella pero yo no quiero. Me abandonó y ya no quiero irme con ella como cuando era pequeño. ¿Y si hace algo para que me saquen de aquí?

— No hará nada porque mañana mismo llamaré a mis padres —apaga la luz, abrazándome mejor ahora sobre su cuerpo —tu duérmete. Yo voy a cuidar de ti y no dejaré que nadie te lleve a ninguna parte lejos de nosotros, tu familia.

Mi familia..

Es tan bonito que por un momento olvido lo que Yunho y yo hicimos, no pudiendo hacerlo, menos cuando vuelve a unir de forma tierna sus labios a los míos, correspondiéndole sin dudarlo pero con algo de miedo por lo que significa que hagamos esto.

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