Capítulo 3

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Narra Malcom

Cuando regresamos a la oficina, todos nos miraban extraño, debido a que estábamos bastante sucios y sudados.

─ ¿Dónde está mi padre? ─le pregunté a la primera empleada que vi.

─ No lo sé, creo que está en la oficina del señor Storm ─respondió.

Fue ese momento en el que me percate de que Reyna no había soltado mi mano en todo el trayecto, incluso la había apretado un poco más.

Me gusta la sensación de su mano junto a la mía.

Caminamos con paso decidido a la oficina de Zeus, sin tocar abrimos la puerta, efectivamente mi padre estaba ahí. Ellos giraron para vernos.

─ Por Dios ¿qué fue lo que les paso? ─pregunto mi padre levantándose del asiento al igual que Zeus.

─ ¿Están bien? ─nos preguntó Zeus.

─ Intentaron secuestrarnos ─solté de golpe, sentí como la mano de Reyna le daba un ligero apretón a la mía.

─ ¿Qué? ¿cómo es posible? ─pregunto mi padre mirando a Zeus enojado.

─ No lo sé, aunque esto debe estar relacionado con el proyecto Tifón, casi puedo asegurar que los querían para saber cómo funciona ─dijo Zeus.

Él tomo el teléfono de su oficina y marco un número.

─ ¿Cuándo paso esto? ─me pregunto mi padre, se le veía muy preocupado y eso no me gustaba.

─ Hace unas horas ─respondí.

─ ¿Cómo escaparon? ─pregunto mi padre.

─ Todo fue gracias a Malcom, él fue el que nos sacó de ahí ─dijo Reyna, mientras me miraba─, no te había dado las gracias.

Ella se puso en puntillas y me dio un pequeño beso en la mejilla.

─ Creo que deberíamos ir a un doctor ─dijo mi padre observando cada parte de mi cuerpo y el de Reyna. Admitiré que fue un momento muy incómodo.

─ No creo que sea necesario papá, estamos bien ─respondí.

─ Nada de que no es necesario Malcom Chase, los tres vamos a ir a ver a un doctor cuando salgamos de aquí ─sentencio mi padre sin permitir ninguna objeción de nuestra parte.

─ Me temo que eso se tardará un poco Dr. Chase ─dijo Zeus colgando su llamada.

─ ¿A qué se refiere señor Storm? ─pregunto mi padre.

─ A que efectivamente los quieren a ustedes, no podemos arriesgarnos a que le pase algo a usted ─dijo Zeus.

─ Si me van a dar protección a mi prefiero que se la den a mis hijos ─declaró mi padre.

─ No debe preocuparse por ellos, también se les dará protección, le aseguro que seleccionare a los mejores Marines para que sean sus guardaespaldas ─dijo Zeus.

─ ¿Y por qué dice que aún no nos podemos ir? ─le pregunté.

─ Porque sus escoltas deben de llegar a tierra, por ahora los escoltaran mis guardias de más confianza hasta que ellos lleguen ─dijo.

Mire a Reyna, quien aún estaba enganchada en mi brazo.

─ ¿Y ella? ─pregunté.

Zeus la miro.

─ Lo siento señorita Ramírez, pero en estos momentos nuestra prioridad son los Chase ─dijo.

─ No pueden dejarla sin protección ─dije algo enfadado.

El fuego que nos consumió |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora