Capítulo 9

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Narra Malcom

Me desperté, estaba desnudo y en el cuarto de Rey estaba muy feliz, ella comenzó a moverse.

—Buenos días, amor —le dije con una sonrisa.

—¿Amor? —dijo ella confundida— creo que me gusta.

—Que bien que te guste, porque de ahora en adelante te diré así —dije para después darle un beso en la frente.

—Creo que deberíamos levantarnos ya —dijo ella.

—No —dije abrazándola fuertemente a mi—, quedémonos así un ratito más.

—Malcom, ambos debemos ir a trabajar —dijo

—Si, pero podemos ir más tarde —sugerí.

—¿Con qué excusa? —pregunto pensado en mi propuesta.

—Pues en el laboratorio mi papá es el jefe y sabe que tú y yo estamos ocupados —dije.

—¡Malcom!, ahora menos quiero llegar tarde, que vergüenza con el señor Chase —dijo zafándose de mi abrazo y levantándose.

—No tienes por qué sentir vergüenza —dije.

—Claro que si —dijo mientas cubría su cuerpo con una sábana para ir hasta el armario y sacar lo que iba a ponerse.

—¿Por lo menos podemos desayunar juntos? —pregunté.

—Me encantaría de verdad, pero debo llegar temprano, lo podemos dejar para la próxima vez —dijo ella acercándose a mí de nuevo.

Iba a reclamar hasta que mi cerebro entendió cada palabra de su oración.

—Próxima vez —dije con una mirada pícara mientras notaba un nuevo sentido en su frase.

—Madura Malcom —dijo apartando su mirada de mi mientras sus mejillas se coloraban de rojo.

—Está bien, pero esperare esa próxima vez con ansias —dije levantándome de la cama para besarla.

—Nos vemos más tarde —me dijo ella con una hermosa sonrisa antes de entrar al baño.

Ella fue a darse un baño, yo tomé mi ropa y me la puse para después salir de su departamento.
Debí decirle a Jason que me dejara las llaves, ahora tengo que tomar un taxi y aunque era algo fastidioso nada podía ponerme de malas hoy.

Tomé el taxi y en 20 minutos llegué a casa.

—Buenas familia —grite al entrar.

—Wow parece que alguien se divirtió mucho anoche —dijo Beth con una sonrisa burlona.

—Annabeth —dijo papá.

—¿Qué?, solo mírale la cara de tonto enamorado. Supongo que ahora Reyna ya es mi cuñada oficial quiero salir y hablar con ella —exigió mi hermana.

Papá ser rio.

—Bueno parece que mis hijos llegaron muy contentos a casa —dijo.

—¿Beth llegó muy contenta? —pregunté extrañado.

—Sí, y la hubieras visto ayer —dijo papá.

Activando modo hermano sobreprotector.

—Y se puede saber ¿Por qué? —le pregunté.

—Emm porque ayer me salió una nota que no había podido hacer —me respondió rápidamente.

—No sé porque, pero algo me dice que hay algo más —le dije mirándola acusadoramente.

El fuego que nos consumió |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora