Capítulo 8

150 21 4
                                    



Narra Malcom

Había buscado a Reyna por todo el bendito lugar y no la había encontrado. Estaba desesperándome.

Jason entró a mi oficina.

—¿La encontraste? —le pregunté.

—Emm si, ella se fue.

—¿Sabes a dónde fue?

—No —me respondió.

—Está bien, gracias —dije.

Tome mi chaqueta con la intención de ir a buscar a Reyna, seguramente ella se encontraba en su casa.

Jason interrumpió mi camino.

—Disculpe señor Chase, pero creo que debería recordarle que la investigadora lo necesita aquí —me recordó.

—Sí, lo sé, pero eso ahora no me interesa así que me voy —dije.

Salí de mi oficina con Jason detrás de mí. Condujo a su departamento.

—Jason puedes irte —le dije cuando estaciono el auto.
—Lo siento señor, pero usted sabe que no puedo hacerlo —dijo.

—Pero tienes mi autorización —dije.

—Sí, pero tengo órdenes muy claras.

—Bien, pero te quedarás en la entrada —dije.

—Como deseé señor —dijo.

Camine hasta el departamento de Reyna y toque la puerta.

—¿Quién es? —pregunto ella desde adentro.

—Soy yo —respondí.

—¿Qué quieres? —me pregunto a través de la puerta.

—Quiero hablar contigo —pedí.

—Pues yo no, así que por favor vete —dijo con algo de ira en la voz.

—Rey por favor hablemos —le pedí.

—¿Si accedo a eso te irás de mi casa después? —me pregunto no muy convencida.

—Si es lo que quieres después de que hablemos si —dije.

—Okey —dijo ella.
Escuche como quitaba los seguros de su puerta y en pocos segundos ya la había abierto.

—Hola Jason —le dijo con una sonrisa al verlo.

—Hola —respondió él.

Los mire a los dos.

—Tú te quedas aquí —le dije a Jason.

Entre y cerré la puerta

—¿Por qué lo saludaste? —le pregunté con algo de celos.

—Por Dios Malcom no me vengas ahora con eso —dijo.

Trate de calmarme y hacer como que el hecho de su ella lo saludara no fuera nada importante.

—¿Por qué estás enojada conmigo? —le pregunté.

—Y todavía tienes el descaro de preguntar —dijo enojada.

—Si, porque no sé qué fue lo que pasó —dije.

—Pues deberías preguntarle a Thalia la super investigadora —dijo.

—Pero que tiene qu..., un segundo ¿estás celosa de Thalia? —dije sonriendo.

—Por supuesto que no, soy demasiado autosuficiente como para sentir celos y mucho menos de esa —dijo con un evidente coraje.

—Pues a mí no me lo parece —dije con una sonrisa acercándome a ella.

El fuego que nos consumió |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora