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A unos meses de finalizada la guerra, Konoha celebraba un festival por el fin de la guerra más grande del mundo Shinobi.
Kakashi Hatake, en su posición de sexto hokage había dado la orden de que todo los habitantes de la aldea se disfrazaran para el festival. Los disfraces de la mayoría de los niños de la aldea eran de Sasuke o Naruto, habían sido una sensación por ser los salvadores, aquellos que habían podido ponerle fin a aquel plan de Madara.
Pero por su parte Sasuke y Naruto habían sido obligados por Tsunade a usar unos atuendos demasiado específicos y característicos. Tras la confesión del sabio de los seis camino, donde declaró que ambos eran una especie de reencarnación de sus hijos, Ashura e Indra, parecía que todos los veían así, por lo que Tsunade no dudó en sugerir que esos fueran sus disfraces para aquel festival.
—¿Por qué tenemos que hacer esto?— se quejó el Uchiha.
—Porque la abuela Tsunade lo dije— se encogió de hombros el rubio.
Shisune se encontraba ayudándolos con sus trajes.
—¿Por qué le tenemos que obedecer?— se volvió a quejar.
—¿Recuerdas lo que te hice para que aceptaras el brazos de células de Hashirama que te diseñé?— preguntó la quinta hokage entrando en la habitación.
Sauske rodó los ojos.
—¿Como olvidarlo?— bufó —Me golpeaste hasta dejarme en el hospital, y cuando desperté ya tenía el brazo puesto—
Tsunade sonrió.
—No me hagas usar mis métodos, que por cierto, son muy efectivos—
—No me agrada que usemos esto, no somos Ashura e Indra— se volvió a quejar.
—Son sus reencarnaciones— se encogió de hombros Tsunade.
—Eso es aún más perturbador— aseguró Sasuke.
Shisune terminaba de acomodar la benda en la cabeza de Naruto, mientras que Tsunade acomodaba las mangas de Sasuke.
—Listo, se ven muy bien— sonrió Shisune
Naruto miró a Sasuke, y sonrió.
—Cambia esa cara, te ves muy bien—
Sasuke no pudo evitar sonreír.
—Tú también te ves muy bien—
Tsunade sonrió mirándo a ambos chicos.
—Shisune, llama al fotógrafo. Debemos sacarles una foto— ordenó la rubia, a lo que su aprendiz obedeció de inmediato.
—¿Ashura e Indra eran hermanos, cierto?— preguntó el rubio
Sasuke rodó los ojos.
—Esa fue una pregunta muy estúpida, pero si. Eran hermanos.—
—O sea que se vería muy raro si te beso, mientras tengamos esto puesto— hizo un puchero el rubio.
Sasuke sonrió.
—Supongo que si, así que dejémoslo para más tarde, cuando estemos en casa— Suspiró
Shisune había traído al fotógrafo, el cual los había hecho posar para más de 15 fotos.
La favorita de Tsunade había sido una en especial, donde Sasuke salía con una clara expresión de fastidio, mientras que Naruto lo miraba. La quinta hokage había dicho que reflejaban bien a los hijos del sabio de los seis caminos.
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●
Habían estado en el festival con sus antiguos compañeros de academia, y realmente la habían pasado muy bien. Todos los habían alagado por sus disfraces tan originales.
Sasuke al inicio estaba de mal humor, no se sentía cómodo, pero Naruto estaba demasiado sonriente, incluso caminaba emocionado por la aldea. Así que Sasuke no puedo evitar ser contagiado de la energía que desprendia el rubio, y solo se dejó arrastrar a cada puesto de la llamativa feria.
Todo Konoha parecía disfrutar de La Paz que tanto les había costado conseguir, y ahora celebraban, ignorando el hecho de que habían perdido a tantos.
Sasuke no se sentía cómodo en la aldea, sabía que ellos nunca lo iban a aceptar del todo, pero Naruto amaba a esa aldea, y Sasuke amaba a Naruto, así que decidió quedarse.
—¿Te encuentras bien?— preguntó Naruto
Sasuke asintió sonriente.
Su lugar siempre iba a ser al lado del amor su vida, la aldea en la que vivieran era lo de menos.
