Dia 23; Discutiendo

4.7K 445 455
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Hay decisiones en la vida que te marcan para siempre.

Sasuke aprendió eso tras muchos golpes.

Su vida estaba llena de malas decisiones, que con el pasar de los años se había vuelto casi imposibles de cargar. Pero era consciente de que ese era su castigo, y la cruz que lo acompañaría por el resto de sus días.

Quizás no hizo las cosas bien, pero eso no le daba derecho a la vida de tratarlo así.

Había sido víctima del dolor más grande que puede soportar un ser humano. Ver al amor se su vida casandose con alguien más, fue casi como estar destinado a estar muerto en vida.

Él nunca diría que lo perdió, porque no era cierto. Aunque no estuvieran juntos, ellos se pertenecían. Porque Naruto era suyo, como él es de Naruto.

Quizás no fue solo el verlo casarse. Quizás también fue ver como la luz de aquel sol se apagaba.

Había sido testigo de como el peso de la aldea, la vida de esposo, la responsabilidad de padre, y el sueño de ser hokage habían acabado con Naruto.

De aquella aura dorada solo quedaban restos, que en el pasado no eran ni el cinco por ciento de su totalidad.

Konoha acabó con todo lo que él amaba, era por eso que odiaba tanto a esa aldea. La cual se alababa a sí misma, y vivía de la fama, prestigio y sacrificio de aquellos que dieron su vida para protegerla. Konoha era una Aldea llena de hipocresía, la cual merecía estar hundida en la miseria, y pagar por todo lo que habían hecho.

Es que él podría dejar de lado la masacre de su clan, y la vida de angustias que le obligaron vivir a su hermano.

Pero nunca perdonaría que hubieran apagado a su sol. A la única luz que le quedaba en su vida. Konoha no era consciente de que sin esa luz, él se encargaría de ser la oscuridad que los hiciera pagar.

Ellos hicieron de Naruto esa especie de hombre perfecto que es ahora. Uno el cual Sasuke odia, porque ese no es Naruto, por lo menos no el suyo.

Quizás ese sea el  Naruto hokage, esposo, y padre. Pero no era el Naruto amor de su vida, de eso estaba seguro.

A él le habían arrebatado todo, y no pudo pelear para oponerse, tan solo era un niño. Pero ahora no, y él estaba dispuesto a hacerlo.

Fue cuando entró a aquella oficina que la verdadera pelea comenzó.

—¿Cuando te darás cuanta que tienes una vida de mierda?— Escupió, decidido a hacerlo entra en razón.

Naruro rió, pero no como solía hacerlo. Era una risa llena de ironía. —¿Que se supone que deba responder el hokage a eso?—  se acomodó mejor en la silla, sus ojos azules mirando los negros.

| 30 DIAS |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora