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Se acercaba el día de San Valentín, y todos los niños de la clase de Iruka estaban emocionados, menos Naruto.
Iruka había decidido hacer una actividad que los liberara del estrés de sus entrenamientos. Así que decidió que la fecha de San Valentín era buena idea.
Habían hecho una bolsita para cada uno, todas estaban colgadas al final del salón, todos marcadas con el nombre de su dueño, al final del día todos debían dejarle un pequeño regalo a la persona que quisieran, en su mayoría serían dulces, los cuales debían ir con una frase, la cual debía dar pista de quien había sido. Al final de la semana el reto era saber con certeza quién les había estado regalando.
Todos murmuraban, emocionados por a quien le darían su regalo. Naruto miró a todos desde su puesto, sinceramente no esperaba que su bolsa recibiera algún regalo. Y aunque él tenía en mente participar, sabía que a nadie le haría falta su regalo, porque seguro todos recibirían.
El día que la actividad comenzó, Iruka decidió que todos debían salir del salón, y entrarían en orden de lista a poner su regalo, para así mantener el anonimato.
—¿Trajeron algo para regalar?— le preguntó Naruto a Kiba, Shikamaru y Choji
Los tres asintieron. —Yo le daré a Ino, porque es mi amiga, y es un fastidio tener que pensar en otra persona, también traje algo extra para la bolsa de Choji.— susurró lo ultimo para que su amigo no lo escuchara.
—Yo le daré a Hinata.— comentó Kiba
—Yo a Ino, y a Shikamaru.— afirmó Choji, Shikamaru negó, se supone que no debía decirle.
Naruto asintió, todos le darían algo a alguien, y él no había comprado nada, no participaría en aquella actividad.
Cuando ya todos estaban dentro del salón, y le tocaba recoger sus regalos, todos estaban a la espectativa.
Había una bolsa que resaltaba entre las demás, Uchiha Sasuke, la suya estaba hasta el tope, el pelinegro no se mostraba emocionado.
Naruto rodó los ojos cuando vio que cada cosa que el peli negro sacaba de su bolsa eran dulces, esas niñas tontas se creían sus figuras esposas y no sabían que Sasuke odia el dulce.
Él lo sabía porque siempre lo miraba de más en el recreo.
Cuando llegó su turno,le dijo a Iruka-sensei que no pasaría a revisar su bolsa, que sabía que estaría vacía.
—No lo sabrás hasta revisarla.— se escuchó decir, Sasuke nisiquiera lo estaba mirando, mantenía su mirada puesta al frente.
