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Sasuke había tenido vistas dignas de ser recordadas para siempre, como los atardeceres que lo habían acompañado en sus múltiples viajes, pero si Sasuke pudiera almacenar este recuerdo, cada pequeño detalle, en su mente para siempre, definitivamente lo haría. La vista de Naruto a horcadas sobre él, con las manos apretando fuertemente sus hombros, y su cabello cayendo descuidadamente sobre su frente. Era simplemente una imagen digna de ser recordada.
Aunque la sensación de su pene enterrado en lo profundo de Naruto era aún mejor. Ambos estaban sudorosos y jadeantes. Sasuke estaba sentado en la silla donde el hokage tomaba las decisiones más importantes para la aldea, en ese momento, montarlo quizás era una de ellas.
Sus manos agarrando las caderas de Naruto mientras el otro se balanceaba sobre sus caderas, insistiendo por más. El agarre de Sasuke era fuerte, limitando los movimientos de Naruto, sin dejar que el otro se moviera como quisiera, lo que realmente estaba acabando con la paciencia de Naruto.
—Sasuke.— gruñó Naruto.—Si no lo haces, juro que...— jadeó cuando Sasuke pasó la lengua por su cuello, luego respiró profundamente, su pecho se agitó. —Lo juro.—dijo de nuevo,recuperando el aliento—No hay sexo por una semana—
Eso efectivamente calmó a Sasuke. Miró la cara de Naruto, que parecía muy seria, dándole validez a sus palabras. Entonces Sasuke sonrió.—No quieres hacerme eso— apretó su cadera, besando el cuello del hokage.
—Lo haré, y lo sabes— gruñó Naruto, tratando de saltar sobre Sasuke, pero aún siendo limitado por las manos del Uchiha en sus caderas.
—Mmm, ¿ en serio?— Sasuke sonrió contra su piel. Haciendo un chupeton en el hombro derecho del rubio. Empujó sus caderas hacia arriba, recibiendo un gemido de sorpresa por parte del Uzumaki. —Es irónico que estés diciendo eso— suspiró, tomando las caderas de Naruto, haciendo que saltara dos veces, el calor aumentando notablemente entre ellos. —Cuando estás gimiendo, y montandome justo ahora— Soltando el agarre, permitiendo que Naruto marcara el ritmo, pero deteniendolo cuando comenzó a ir muy rápido. Naruto gimió en forma de queja, enterrando su rostro en el hombro de Sasuke. El Uchiha rió en respuesta.
Oh, Sasuke lo iba a hacer rogar. Porque no había nada más excitante que escuchar a Naruto pidiendo por más. Pero Naruto siempre había sido un terco, e impaciente. Él siempre queria tener a Sasuke dentro, lo más pronto que pudiera, arruinando los juegos previos del Uchiha.
El dueño de los ojos azules lo fulminó con la mirada y, de repente, Sasuke fue levantado de aquella silla, y guiado hasta el escritorio, quedando con Naruto encima. —No juegues conmigo, Sasuke— gruñó, meciendo las caderas nuevamente, empujando con fuerza contra la polla de Sasuke. Haciendo que Sasuke gimiera ruidosamente. Naruto sujetó sus brazos contra la dura madera del escritorio. Sasuke siempre había sido más fuerte que él, pero con la cálida tensión de Naruto alrededor de su eje, montandolo sin piedad, era demasiado difícil de soportar. Y Naruto no se detenía en absoluto, encargándose de todo, porque siempre era así, impaciente por recibir el placer que quería, haciendo sacar el lado dominante que tenía, a Sasuke no le molestaba. De hecho le gustaba ver a su rubio exigir por el placer que quería.
