Dia 18; Haciendo algo juntos

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Konoha se preparaba para los siguientes exámenes chunin, los cuales serían llevado a cabo en una semana

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Konoha se preparaba para los siguientes exámenes chunin, los cuales serían llevado a cabo en una semana.

El cuarto hokage tenía a la mayoría de sus ninjas trabajando en la organización de aquel evento, cuidando de que todo estuviera en orden para la llegada de los estudiantes de otras aldeas.

Minato Namikaze había cumplido muy bien con su puesto de hokage, toda la aldea lo amaba, y respetaba. Después de todo, él y su esposa habían salvado a la aldea, tras el ataque del zorro de nueve colas.

Konohagakure nunca olvidaría aquella fría noche, donde habían sido atacados por aquella bestia, y la manera en la que el hokage resolvió la situación.

Justo en la noche del nacimiento de su hijo, tuvo que enfrentarse a algo tan grande, y verse obligado a sellar la mitad de aquella bestia en su hijo recién nacido, y la otra mitad en su peliroja esposa. Salvado a su familia, y a la aldea.

Su hijo, Naruto Uzumaki.

El niño más alegre e inquieto de Konoha, el mismo cabello de su padre, las facciones de su madre, y un par de ojos azules tan brillantes como las estrellas.

Apesar de que sus madres eran muy amigas, Sasuke y Naruto se conocieron cuando ambos entraron a la academia.

Eran apenas unos niños, y su relación había nacido desde ese momento.

Sasuke no era alguien muy cariñoso, o afectivo, pero con Naruto todo era diferente.

Siempre había tratado de manera especial al que se convirtió en su mejor amigo, y nisiquiera se había dado cuenta.

Cuando se graduaron de la academia, fueron asignados al mismo equipo, en compañía de una niña pelirosa, la cual Sasuke siempre había desaparecido, y a cargo de Hatake Kakashi, un jounin de élite.

Sasuke siempre creyó que su sensei fue asignado a su equipo por orden del hokage, debido a que aquel hombre de cabellos platas, era de la élite de la Aldea, no un Jounin cualquiera que podría ser asignado a tres recién graduados.

Además, era uno de los tres estudiantes del cuarto hokage. Junto a Rin y Obito, ellos eran la elite de los ninjas profesionales.

Pero por ordenes o no, ellos habían estado con Kakashi desde la graduación. Habían aprendido muchas cosas del que llamaban el ninja que copia, y se habían convertido en un gran equipo.

Sasuke había estado muy poco convencido al principio, el tipo no parecía ser tan genial, sobre todo cuando cayó en la broma que Naruto le había hecho el primer día. Y nisiquiera lo regañó.

Pero supuso que era debido a la relación que tenía con Naruto y sus padres, el Hatake había visto crecer al hijo de su maestro, junto a sus dos compañeros.

Además, él lo había visto un par de veces entrenando con su novio, el cual era un miembro del clan Uchiha. Obito era fuerte, pero el Hatake siempre le terminaba ganando, así que debía ser alguien con muy buen nivel.

Para su primera misión juntos, ellos había peleado con el demonio de la niebla. Una misión que nunca olvidarían.

Fue ahí cuando Sasuke se dio cuanta de que tal vez, quería a Naruto de una forma especial.

Había movido su cuerpo sin pensarlo, recibiendo el ataque de Haku, solamente para salvarle la vida a Naruto.

Aquel suceso le había llevado a pasar una semana en el hospital de Konoha, donde fue visitado por Naruto cada día.

Sasuke por primera vez se sentía tan cálido bajo la compañía de alguien, se sentía diferente. Así que en unas de aquellas visitas, donde Naruto le llevaba fruta, y le contaba su entrenamiento con su padrino, Sasuke decidió que debía buscar la respuesta a ese sentimiento.

Él lo besó.

Por segunda vez en su vida. Ellos se habían besado en la academia, pero había sido un error, un simple tropiezo de un compañero.  Además simplemente había sido un choque de labios.

Esta vez era enserio, sus labios de estaban moviendo al compás. Con Naruto sentado en el regazo del Uchiha, mientras este lo sostenía de la cintura.

Ese tipo de escenas se habían convertido en algo normal, mientras Sasuke estaba en el hospital.

Pero seguían siendo unos niños sin experiencia, así que fingir que nada pasó había sido la solución de ambos.

Los años habían pasado, y ellos seguían siendo los mismos compañeros de equipo de siempre.

Cuando Konoha anunció los proximos exámenes, ellos fueron inscritos. Eran los únicos de su generación que no había realizado aquel examen. Ya que ambos había estado dedicados a sus entrenamientos particulares.

Sasuke había decidido que esta seria una muy buena oportunidad, si quería pasara tiempo a solas con Naruto.

Ella habían acordado entrenar juntos, y hacerse más fuertes para aquel examen.

—¡Atacame con todo lo que tienes, Sasuke!— ordenó el rubio, al ver que el Uchiha no lo estaba atacando con todo su poder.

Sasuke rió.

—Es un entrenamiento, no una batalla— respondió, mientras esquivaba un kunai que había sido lanzado en su dirección.

—¡No pongas escusas!— los clones de Naruto estaban por todos lados, atacando sin parar al Uchiha.

—¿A que se deben las gamas de golpearme?— preguntó, mientras trataba de esquivar un rasengan que iba a su abdomen, Naruto iba en serio.

—Es un maldito entrenamiento, no estoy aquí para darte besos— Escupió el rubio, mientras se acercaba para tener un enfrentamiento de Taijutsu.

Sasuke esquivando cada uno de los golpes, ayudándose de su sharingan.

—No, aunque eso me gustaría— trató de inmovilizar al rubio, poniendo sus brazos detrás de su espalda.

—Ni en tus malditos sueños— se soltó rápidamente, mientras daba una patada a la pierna derecha del Uchiha.

—Eso no decías hace un par de años..— rió ante la incomodidad que reflejaba el rubio.

—Cállate, idiota— bufó

Ambos terminaron recostados sobre el césped,con sus respiraciones agitadas.

Sasuke atrajo a Naruto hasta tener los rubios cabellos sobre su pecho.

—¿Crees que pasemos los exámenes?— preguntó el rubio

Sasuke rió.

—Eres el ninja más fuerte que conozco, claro que lo harás— sonrió, dejando el tierno beso sobre los cabellos ajenos.

—¿y tú?—

—Mientras estés apoyándome en la tribuna, se que voy a poder con todo.— sonrió

El rostro del Uzumaki estaba rojo de la vergüenza, Sasuke siempre sabia que decir para hacerlo sentir especial.

—Sigamos entrenando, no nos queda mucho tiempo—

Así habían pasado el resto de sus tardes hasta el día de los exámenes.

Entrenando juntos para hacerse más fuertes, y convertirse oficialmente es ninjas de alto nivel.



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