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Sasuke y Naruto eran unos padres sin preferencia, ellos realmente amaban a sus tres hijos por igual.
Pero ciertamente la pequeña Himawari, tenía un impacto más fuerte, y no solo sobre sus padres, también sobre sus hermanos. Así que cuando la pequeña se le ocurrió la idea de que vieran un película en familia, mientra todos usaban Kigurumis, había sido casi como una orden para la familia Uzumaki-Uchiha.
Sasuke había ido personalmente con su hija a comprarlos, habían caminado por toda la aldea, hasta encontrar los que más le gustaran a su pequeña hija. Él no era un engreído, y no solía utilizar su título de esposo del hokage, pero si su hija quería los kigurumis más hermosos de todo el país del fuego, ella definitivamente los obtendría, así que aquella tarde había dado la orden, como esposo del hokage que era, de que cada tienda a la que entraban, debía buscar los kigurumis más lindos que tuvieran a la venta.
Himawari había obtenido sus cinco atuendos, y tan pronto como pagaron, ellos regresaron a casa.
La pequeña había ayudado a su padre a preparar una digna noche de películas. Sasuke había preparado varios bocadillos, y todo estaba listo, solo faltaba que sus otros hijos llegaran de su misión, y que su esposo llegara del trabajo.
Incluso elllos dos ya estaban listos, Sasuke lucia su kigurami de gato negro, mientras que Himawari usaba uno morado.
La pequeña había escogido que Boruto uno de gato amarillo, para Sarada uno negro con rojo, y para su padre uno naranja.
Para cuando la familia estuvo reunida, ninguno tuvo una queja sobre el plan en familia que tenía Himawari pensando, y todos se sentaron en el sofá a disfrutar de la película.
[🐱]
—Shikamaru me contó que mi querido esposo estaba exigente en algunas tiendas hoy— comentó el séptimo, mientras acomodaba a Himawari entre sus brazos, se había quedado dormida a mitad de la película, Sarada y Boruto igual.
—Mi hija realmente quería estos kigurumis, ¿por qué no debía presionarlos para que los consiguieran?— se encogió de hombros.
—Ciertamente fue un bueno uso de tu actitud retadora, y también sacaste ventaja de ser esposo del hokage,no?— Naruto rió.
Sasuke le dio una sonrisa.
—Nunca está de más recordárselo a tus queridos aldeanos—
Naruto asintió, dándole la razón a su esposo.
—Nunca pensé que usaría uno— dijo haciendo referencia a su kigurumi.
—¿Crees que yo si?— rió —Supongo que es parte de ser padre, cuando Hima me lo pidió, no dude en decirle que si—
—¿Como podrías resistirte a esta carita tan tierna?— dijo, acariciando la mejilla de su hija.
—No puedo, sobre todo porque es demasiado parecida a ti—
Naruto sonrió.
—Debriamos tener un recuerdo de esto, ¿No crees?—
Sasuke no dudó en ir a traer la cámara fotográfica.
Al final de la semana, en la sala de la familia Uzumaki-Uchiha, se mostraba un cuadro donde se les podía ver vestidos con sus kigurumis.
Hima dormida en los brazos de su padre, mientras que Boruto y Sarada estaban apoyados a cada lado de Naruto, tambiwn dormidos, Sasuke sonreía detrás del rubio.
