⋆1⋆8⋆

241 36 1
                                    

Un día, cuando Taehyung era todavía un niño pequeño, Alba y él estaban sentados en la cocina, desayunando.

Alba tomó un trozo de pan y lo convirtió en miguitas que iban desde su sitio hasta el de su hijo.

—¿Sabes, Taehyung? Los caminos se hicieron para llevarnos a casa, donde están las personas que queremos... como en el cuento.

Luego Alba siguió creando otros caminos rectos y sinuosos hasta distintos lugares de la mesa redonda. Algunos de esos caminos iban en paralelo y luego daban giros para cruzarse unos con otros. Taehyung lo veía todo con fascinación.

—¿Qué haces, ma?

—Espera...

Alba se levantó, desapareció de la cocina y en segundos regresó con un montón de objetos. Colocó un portarretratos de la familia en un lugar de la mesa, una caracola marina en otro, un pequeño sacapuntas en forma de globo terráqueo, una torre Eiffel de metal que una amiga le regaló cuando volvió de París... y cuando tuvo todo eso sobre la mesa, miró a su hijo y con una gran sonrisa concluyó:

—Lo mejor de los caminos, Taehyung, no es sólo que te llevan de un lugar a otro. Lo mejor de los caminos es que se cruzan unos con otros. El tuyo se cruzó con el mío cuando naciste... ¡y eso ha sido lo mejor de la vida! ¿Te imaginas todo lo que te espera cuando tu camino comience a cruzarse con otros lugares y con otras personas que le hagan bien a tu corazón?

Taehyung levantó la vista, miró a _____ y recordó las palabras de su madre. Horas antes él había salido de casa de su tía Beatriz con la certeza de no pertenecer a ningún lugar y sin saber adónde ir, y de pronto, sin imaginarlo, su camino se había cruzado con el de _____. Algo muy dentro le decía que eso le haría bien a su corazón.

—Esto es como la vida —le dijo Delfina cuando intentaba enseñarle a Taehyung la técnica para hacer pulseras con hilos—, todos pensamos que las cosas son ordenadas y que siguen una lógica, pero de pronto ¡zas! aparecen los nudos. En la vida, ya lo verás Taehyung, los nudos son inevitables, y todo depende de qué sentido le darás a cada uno de ellos. Yo sólo te puedo dar estás recomendaciones —para la vida y para las pulseras, ¿eh?—: no tengas miedo de sujetar los hilos, no aprietes demasiado, elige bien los colores, deja que cada nudo se vaya colocando en su sitio y... ¡buena suerte!

Y así Taehyung se vio sentado frente a ocho hebras de hilo, y sintió el mismo pánico que si hubiera tenido adelante ocho serpientes venenosas. ¡No tenía idea de cómo se libraría del ridículo!

_____ lo miró de reojo, más por curiosidad que por interés, y enseguida continuó en silencio con lo suyo.

De vez en cuando Delfina se acercaba a cada uno y daba una instrucción o una opinión. Bueno... en el caso de _____ eran instrucciones y opiniones. Pero en el caso de Taehyung eran frases cuidadosamente elegidas, para no dinamitar su moral.

—¿Qué tal? —preguntó él, mostrando su trabajo.

Delfina respiró profundamente y entonces respondió:

—Bueno... es normal que al inicio la técnica aún se te resista, sobre todo porque la dificultad en la presión de cada uno está provocando una ausencia de homogeneidad en el diseño.

—O sea, dicho de otra forma, un asco, ¿verdad?

Delfina rio y dijo:

—La verdad, está horrible. Pero casi siempre la primera pulsera de nudos sale mal. Fíjate en la de tu compañero. ______, muéstrale esa pulsera que hiciste el primer día.

______ extendió la muñeca y la mostró con desgano.

—¿Lo ves? A _____ tampoco le salió bien el primer día, y luego de dos semanas está haciendo sus propios diseños y le quedan fenomenales. Todo es cuestión de ser paciente y dejar que los nudos nos vayan enseñando cómo debemos trabajar con ellos. Toma otro juego de hilos y vuelve a intentar, anda.

Taehyung vio a _____ y sintió que el corazón se le salía del pecho. Luego miró a Delfina y le contestó:

—Ser paciente... sí, yo puedo hacer eso, puedo esperar el tiempo que sea necesario. No hay prisa.

Al volver a su sitio decidió romper el hielo con una frase que demostrará interés. Se dirigió a _____ y le dijo:

—Tu pulsera tiene unos nudos muy interesantes, creo que son los mejores nudos que he visto.

Apenas pronunció "nudos muy interesantes", él mismo se dio cuenta de que en su faceta de galán conquistador todavía no había afinado la técnica. Las palabras le quedaban igual de caóticas y de ridículas que sus pulseras.

_____ se levantó, contestó con una mueca que taehyung no supo interpretar si significaba "muchas gracias" o "cállate, idiota", y le dijo a Delfina:

—Voy por un café.

—Lo siento —dijo taehyung cuando se quedó a solas con la instructora—, no quise molestar.

—No te preocupes. Estoy segura de que no se ha molestado. _____ es así, silencioso y tímido. Todos tenemos nuestros propios nudos...

—Delfina, hay algo que debo decirle.

—No me trates de usted o te anudaré las pestañas.

—¿Perdón?

—Que es broma, no me trates de usted y cuéntame...

—Aprovecho que estamos solos porque he estado pensando en que, aunque le parecerá, perdón, aunque te parecerá que soy muy malo para lo de las pulseras, creo que me gusta mucho hacer esto. Y de verdad me gustaría continuar con el taller pero ahora mismo no tengo dinero, y quería pedirte, por favor, si tú me podrías esperar uno días...

—Pero ni siquiera sabes cuánto cuesta...

—Ya pero cueste lo que cueste, ahora no tengo el dinero, y quisiera seguir viniendo a las clases.

Delfina se quitó sus anteojos con marco de estilo felino, se acercó hasta el sitio de Taehyung, lo señaló con un dedo índice y le dijo en voz bajita:

—Sé exactamente por qué estás aquí. Sé que las pulseras te importan un rábano. Y sé que ni con un trasplante de dedos podrías aprender a hacer nudos homogéneos.

—¿Y por qué me dejaste entrar?

Delfina suspiró:

—Porque vi tu cara.

—¿Y qué tiene mi cara? ¿Tengo cara de sentir frío?

—No, Taehyung. Tienes cara de sentirte solo.

_________
Te dije que se conocían en este capitulo así que...
Dedicado a Lady_Tanatos

ʟᴀ ʟʟᴜᴠɪᴀ ꜱᴀʙᴇ ᴩᴏʀqᴜᴇ~[tae x rayito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora