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—¿Y a  ti qué te pasa? Tienes cara de tonto —dijo Jin a su primo cuando ambos se preparaban para dormir.

—No me pasa nada. Y sobre la cara de tonto... ¡ahora entiendo porque todo el mundo me dice: "Eres igual a tu primo Jin"!

—Ya, ya, si te parecieras a mí estarías rodeado de admiradores.

—Sí, claro, lo dice el galán que para aprender a besar está tomando el curso con una naranja... ¡que te vi el otro día practicando!

—¡Deja de espiarme! Y no estaba practicando... sólo me gusta alimentarme sanamente.

—Sí, claro y con los ojos cerrados...

—Bueno, no me cambies de tema, desde que llegaste de la estación estás... no sé, como si flotaras en el aire... pareces sacado de una película de princesitas. ¡Cuéntame, Taehyung-Cenicienta!

—Bueno, sí. He vuelto a ver a ese chico, aquel de el que te hablé, el del autobús.

—¿Dónde?

—¡En el autobús otra vez!

—Ah, ¿y qué pasó? ¿Le pediste su número? ¿Sabes al menos cómo se llama?

—Se llama _____.

—¿Hablaste con el?

—No. Sé su nombre porque siempre lleva un libro que tiene escrito _____ en el costado.

—¿Y cuándo hablarás con el?

—No lo sé, estoy esperando el momento preciso.

—¡¿Qué?! "Estoy esperando el momento preciso", en una persona normal quiere decir tres o cuatro días. Pero en tu caso, que tienes la misma agilidad de movimientos que un caracol subiendo a un poste, "estoy esperando el momento preciso" puede durar dos siglos. Ya te veo dentro de setenta años en el mismo autobús, intentando pedirle el número a una viejita llena de bisnietos.

—Ya, no te burles.

—¿Es lindo, Taehyung?

—Sí.

—Has puesto cara de borrego, ¿estás enamorado?

—Ahhh... no lo sé. Enamorado es una palabra demasiado complicada, Jin. Sólo sé que no he dejado de pensar en el.

—¡Estás frito! ¡Tómale una foto con el celular! ¡Quiero conocerlo!

—¡No sé si pueda!

—Claro que puedes. Todo el mundo puede. Una foto no es gran cosa, sólo tienes que ser un poco discreto. Prométeme que lo harás.

—De acuerdo —respondió Taehyung algo cansado—, te lo prometo.

En ese momento escucharon las voces exaltadas de Beatriz y de su marido. Él gritaba y ella sollozaba. Jin abrió la puerta del dormitorio y Taehyung se colocó detrás de su primo.

—Déjalos —dijo Taehyung intentando tranquilizar a su primo—, será como siempre, discutirán un rato y luego se quedarán dormidos.

—No, Taehyung. Tú sabes que eso no es todo, ya sabes cómo se pones mi papá.

—Bueno, pero hace mucho que él no...

Ambos conocían bien a Min. Sabían de lo que era capaz cuando la ira se le desbordaba. Beatriz no sólo usaba capas de maquillaje para disimular la edad, a veces también tenía que disimular la violencia.

Taehyung intentó cambiar de tema y poner música para evitar que su primo escuchara la pelea de sus padres, pero fue imposible. Los gritos continuaron y de pronto la puerta de la habitación se abrió. Rápidamente Taehyung y Jin volvieron a la cama, como si nada.

Min entró como un trueno, se dirigió a la cama donde Taehyung estaba sentado y gritó:

—¡¿De quién es ésta casa?!

—¿Qué te pasa, Min? —dijo Taehyung.

—Respóndeme ahora mismo, ¿de quién es ésta casa?

—Tuya.

—Bien, ¿y de quién es esta lámpara? —levantó la lámpara de mesa y luego la dejo caer violentamente.

—Tuya.

—Ah, muy bien...

—Basta, Norberto, por favor —dijo Beatriz secándose las lágrimas y persiguiendo de cerca a su marido—, vamos adentro y deja a los chicos en paz.

—¡¿De quién es esta almohada, Taehyung?! ¡Respóndeme!

Taehyung se levantó, mientras Jin miraba la escena desde su cama, con el rostro pálido y las manos temblorosas.

—Todo es tuyo y de mi tía.

—¡Eso! ¡Eso es lo que yo quería escuchar, Taehyung! Y me alegra que lo tengas tan claro, porque todo, todo lo que hay en ésta casa me pertenece a mí y a mi familia; y tú me lo debes. Dicho de otro modo, tú aquí no tienes nada, vives porque me da la gana de aceptarte en ésta casa, y el día que me canse, ¡te sacaré de aquí con tus trapos a la maldita calle! —Agarró una camiseta y unos calcetines de Taehyung que estaban sobre una silla y se los lanzó a la cara—. ¿Has entendido?

Y no, Taehyung no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, y aunque en ese momento volvió sentir que la rabia se apoderaba de él, la mirada aterrorizada de su primo Jin le hizo recuperar algo de calma.

Min se dio vuelta, colocó sus manos en la cintura y miró de frente  a su mujer con esa risita de burla que usualmente le dedicaba:

—¿Lo ves, Beatriz? Taehyung sí lo entiende. Ahora sólo falta que lo entiendas tú...

Ella se sonó la nariz, se secó las lágrimas y luego dijo:

—Discúlpame, Min... tienes razón. He sido injusta contigo. Chicos vuelvan a la cama.

La puerta se cerró.

Jin y Taehyung se quedaron en silencio.
La atmosfera del cuarto se sentía tan pesada como una losa. Taehyung suspiró y dijo:

—¡Te juro que no entendí nada!

—Yo sí —respondió Jin—, pero me da vergüenza explicártelo...

—Anda, dímelo por favor. Porque de lo contrario estaré dando vueltas en la cama toda la noche, con el estómago hecho polvo.

—Es por tu dinero.

—¿Mi dinero? ¡Es verdad! ¡Mi mamá! No se lo he preguntado. Tres meses sin enviar el dinero. Mañana mismo...

—No, Taehyung, espera, no lo entiendes. Ésta tarde cuando aún no habías vuelto de la natación, discutieron. Mi mamá llegó de la oficina y le dijo que por la mañana había hablado con mi tía... o sea, con tu mamá, por lo del dinero y eso...

— ¿Y?

—Y tu mamá le dijo que hace tres meses mi papá la llamó por teléfono y le dijo que a partir de esa fecha la transferencia la tendría que hacer a su cuenta, porque él es quien maneja el dinero en casa.

Y eso quiere decir que...

—Que mi papá se ha estado gastando el dinero que mi tía envía para ti. Y mi mamá no lo sabía.

—Vaya...

—Y mi mamá dice que no tiene para pagar la mensualidad de tu colegio, ni las clases de natación.

—Ya. Ya entendí. Y tu padre sugiere cordialmente que ya es hora de que me vaya de ésta casa.

—No le hagas caso, Taehyung, ya lo conoces. Mi papá es...

—¿Es qué?

Jin se quedó pensando unos segundos, y con la voz entrecortada respondió:

—Creo que mi papá es alguien a quien no quiero parecerme nunca.

ʟᴀ ʟʟᴜᴠɪᴀ ꜱᴀʙᴇ ᴩᴏʀqᴜᴇ~[tae x rayito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora