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Ese fue, quizás, el jueves más gris del año. La ciudad se había rendido a la niebla, y la llovizna, empecinada, caía sin tregua.

A las cuatro y veinte Delfina pensó que ni _____ ni Taehyung llegarían ya. El clima había logrado colapsar el tráfico y dos de los talleres de las tres de la tarde se habían suspendido porque los instructores y la mayoría de los alumnos no habían podido llegar.

Entró a su despacho para apagar la cafetera y tomar su bolso, dispuesta a cerrar las puertas y salir, pero entonces la voz de _____ la interrumpió:

—Perdón... llego tarde.

—¡_____, qué susto!

—Disculpa, Delfina, es que el autobús venía a reventar y el tráfico está horrible.

—Sí, me imagine que no llegarías. Se han cancelado los dos talleres de las tres de la tarde, yo estaba lista para cerrar las puertas y salir. Taehyung tampoco ha venido.

—¿Y qué vamos hacer?

—_____, ya estás aquí, no sería justo que cancelara el taller, ¿no te parece?
Y juntas entraron al salón con sendos vasos de café.

Delfina notó de inmediato los ojos enrojecidos de su alumno, pero no se atrevió a hacer preguntas; _____ había dado suficientes muestras de mantener bien guardada su intimidad y Delfina no rompería las reglas.

Tan pronto se sentaron, se pusieron a ojear revistas con muestras de pulseras. Luego de unos minutos, ____ se detuvo en un modelo en el que la pulsera tejida tenía superpuesto un cordón que daba la impresión de envolverla, como una serpiente.

—Esta —dijo el muchacho y le pasó la muestra a Delfina.

La mujer revisó la fotografía y leyó las instrucciones.

______ se restregaba las manos inconscientemente, se veía nervioso.
Por su cabeza rondaban el miedo y la impotencia. La voz de Kim que le decía: "No grites, tranquilo, relájate. Lo vamos a pasar bien" resonaba en su cabeza y le provocaba escalofríos.

—No es fácil —dijo Delfina—, pero no es imposible. Como se trata de una pulsera más complicada, lo mejor es hacerla en partes, primero el tejido de la base y luego el cordón que la envuelve. Te advierto que tomará más tiempo de lo habitual. ¿Te atreves?

Pero _____ no respondió. Delfina se dio cuenta entonces de que su alumno no la había escuchado.

—_____...

—¿Perdón?

—Te decía que la haremos por partes.

—¿Qué cosa?

Delfina sonrió y repitió la instrucción:

—La pulsera. Tiene un diseño complejo, y ya sabes que esto es como la vida... cuando hay algo que se presenta demasiado difícil lo mejor es resolverlo por partes, de a poquito.

_____ se quedó pensando y luego dijo:

—Las pulseras no son como la vida... En la vida hay cosas que son tan complicadas que nunca vas a poder desenredarlas. ¡Hay cosas que no se pueden resolver!

Delfina suspiró, acomodó la silla frente a la de _____ y le preguntó:

—¿Y no crees que esas cosas pueden dividirse en partes más pequeñas, para ir resolviéndolas paso a paso?

—No —respondió ____ sin dudarlo, en un extraño chispazo de confianza y apertura—, hay cosas que no puedes dividirlas en partes pequeñas, porque incluso las partes más pequeñas son enormes y tienen la capacidad de aplastarte.

Delfina fue consciente de que aquel era un momento especial. Las pulseras, los hilos y las muestras eran sólo un detonante y _____, acaso desbordada por tanta ansiedad, estaba dejando escapar su dolor por las grietas de esa represa que ya no era capaz de contener más terror.

—¿Quieres que hablemos? —preguntó Delfina intentando imprimir en su tono y en sus palabras todo el respeto y la confianza necesarios

____ tomó un sorbo de café, se secó una lágrima desobediente que resbaló de su ojo, y respondió:

—No, gracias. A veces siento que no tengo palabras.

En ese momento se escuchó otra voz en el salón. Era Taehyung, que entraba como una esponja mojada. A su paso iba dejando un charquito de agua de lluvia.

—Perdón —dijo él—, sé que llego muy tarde. Es que tuve un problema, y la lluvia, y el autobús, y el tráfico... hoy todo ha salido mal.

Delfina lo miró y, aunque sintió lástima al ver el aspecto de su alumno, no pudo evitar sonreír.

—Son las cuatro y cincuenta, Taehyung, a ésta clase le quedan diez minutos.

—Ya. Sé que te gusta la puntualidad, pero por favor has una excepción. ¿Me dejas entrar? Afuera se cae el cielo.

Delfina se levantó, vio a su alumno que parecía un gato mojado y le dijo:

—¡Estás loco, Taehyung! ¡Quítate esa chaqueta que te vas a resfriar! Te habría convenido mucho más darte vuelta y regresar a casa.

Taehyung hizo una mueca y respondió con ironía:

—¿A casa? ¡Cómo no se me ocurrió antes!

ʟᴀ ʟʟᴜᴠɪᴀ ꜱᴀʙᴇ ᴩᴏʀqᴜᴇ~[tae x rayito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora