Capitulo 16. Todo bien, hasta que...

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Durante el trayecto me dispuse a distraerme con el paisaje. Tener a Jungwoo mirándome de reojo me ponía nerviosa y luchaba conmigo misma para no mirarlo.

-Esperemos que no llueva -rompió el silencio.

-Si eso pasa me daré cuenta de que eres pésimo eligiendo los días para invitarme a salir -dije, arrepintiéndome después. Siempre tenia que estar a la defensiva.

-Si no quieres ir, podemos regresar a casa -comentó, deteniendo la camioneta ante la señal del semáforo.  

Mire su perfil intentando descifrar su expresión. No pude saberlo, aunque sabia que podía estar molesto. 

-No, esta bien -dije, acomodándome en el asiento.

-¿Estas segura? No quiero que te arrepientas después -contestó con voz neutra.

-Si, estoy segura. Además, tengo ganas de pasar tiempo contigo -las palabras salieron de mi boca, sin haberlas procesado con anticipación.

Sus ojos se encontraron con los míos, provocando calambres en mi estómago. Su mirada descendió a mis labios y paso saliva. Estaba por inclinar su cuerpo hacia a mi, cuando la bocina del auto que estaba detrás, comenzó a sonar de forma ruidosa y repetitiva. Se incorporó rápidamente y miró por el retrovisor con el ceño fruncido.

-¿Que diablos le pasa? -cuestiono furioso.

-Tienes que conducir -respondí, señalando la luz verde.

Afortunadamente, no llovió mientras estábamos en la feria. Hubo pequeños relámpagos, pero nada mas. Había pasado mas de una hora desde que llegamos al parque de diversiones y ya habíamos disfrutando de la adrenalina en el aire. Esperaba por lo menos que Jungwoo demostraba algo de miedo cuando el juego subía a una altura peligrosa, pero no, ni un grito aterrador salio de su boca. Lo único que escuchaba era su risa cada vez que yo gritaba como una loca.

Luego de un recorrido, encontramos un local en donde podías ganar un peluche si la pelota caía dentro de la canasta de red. Como era de esperarse, Jungwoo me reto, diciendo que yo no era capaz de ganar. Para contradecirlo, participe en el juego y empece a aventar las tres pelotas que nos proporcionaron. Las primeras dos cayeron en el lugar indicado. Me concentre en el último tiro e ignorando las palabras de Jungwoo diciendo "no lo lograras", lance la pelota. La fuerza que aplique pareció haber sido la ideal, enceste y gane. Lo mire con una sonrisa triunfadora, mientras recibía un adorable unicornio. Perfecto para mi. No se quiso quedar atrás y decidió jugar.

-Aléjate un poco para no tener mala suerte -hizo un ademán, expresando que me alejara.

Rodeé los ojos y me moví un poco. Lanzó las dos pelotas y ambas cayeron perfectamente en la canasta. Tomó la tercera y última pelota, iba a ganar, de eso estaba segura. Cuando se volvió hacia a mí y me miró, sabia que estaba planeando algo.

-Te apuesto un beso a que la pelota caerá en la red -aseguro, sin darme la libertad de estar de acuerdo. Se me ocurrió una idea para que no lograra su objetivo y asentí.

-Esta bien -entrecerró los ojos, preguntándose por qué había accedido fácilmente. Sonrió de lado y sujetó la pelota. 

-No te podrás retractar -se volvió hacia al frente, manteniendo concentración. 

Sus definidos brazos se estiraron a la canasta y lo demás se sintió en cámara lenta. Antes de que la pelota cayera a la red, atravesé la mano, evitando que encestara. La pelota cayo al suelo y él encargado aviso que había perdido.

-Hiciste trampa -dijo, frunciendo el ceño.

-No había reglas -reí y me alejé, mientras veía que Jungwoo se quejaba que yo lo había arruinando, pero el encargado no hizo nada al respecto. Dándose por vencido, camino hacia a mi hasta estar a mi lado.

ᴇʟ ʜᴜᴇsᴘᴇᴅ; ᴋɪᴍ ᴊᴜɴɢᴡᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora