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El albino se encontraba caminando tranquilamente por el pueblo, pensando en varias cosas, pero dos cosas predominaban su mar, algún coqueteo que no suene sacado de la mente infantil de Rubius, y en el castaño, al que quería dedicarle aquello, lo cual claramente va a hacer con vergüenza. Sacudió su cabeza, bufando, nada venía a su cabeza, y se estaba arrepintiendo un poco, decidió volver a su casa, se dio media vuelta, caminando a paso tranquilo, hasta que un grito lo saco de eje, haciendo que pare su andar, dándose la vuelta, viendo a su amigo emplumado, sonriendo desmesuradamente, alzando una mano y moviendo la en forma de saludo, haciendo que el corresponda la acción.
Fargan- Hola Willy -su sonrisa se ensanchó un poco, haciendo que el albino sonría un poco, suspirando, dejando que su mente hablara por él.
Willy- por tentaciones como tú, hay tanto pecadores como yo -luego de caer en lo que había dicho, sus cachetes pálidos se tintaron de un rojo marcado, apretando sus labios y abriendo bastante los ojos.
Fargan- ¿que? -el mayor tenía una ceja levantada y una sonrisa burlona, soltando leves risas.
Willy- ¡nada! ¡nada! -su cuerpo se tenso un poco, soltando una pequeña risa nervioso- estoy loco no me hagas caso -cerro los ojos sonriendo avergonzado.
Fargan- ¿por que mientes y me ocultase cosas? -el albino estaba por replicar, pero el castaño se adelantó- por que simulas ser un humano corriente, siendo que eres el Dios de la belleza en persona -sonríe triunfal cuando hace sonrojar al menor, acercándose más hasta estar frente a el y con una mano revolverle el pelo.- las Rosas deben de envidiar te ante bello rojo que posee tu rostro preciosura -le guiña un ojo, para luego verlo bien y notar como las orejas del contrario se ponían algo rojitas, sonriendo enternecido.
Willy- ¡callate rata! -desvío la mirada mucho más avergonzado, pegándole en un brazo al mayor, haciendo un leve puchero, para seguido bufar, pues su plan no salió como quería, ya que el albino quería hacerlo sonrojar, no que fuera al revés.
Fargan- ¿por que debería? Tu cuerpo reacciona de una linda forma ante mis palabras -su sonrisa enternecida paso a una de malicia- y si así reacciona ante mis palabras, ¿como reaccionara tu cuerpo ante el mío en la cama? -su sonrisa era mitad burlona mitad maliciosa.
Willy- ¡callate! -luego de eso, el albino, más que sonrojado, se dio la vuelta, volviendo a emprender su caminata hacia su casa, solo que esta vez a una velocidad más rápida, con las risas de Fargan de fondo, haciendo que camine más rápido, escuchando las súplicas del contrario para que pare.
