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Otra mañana tranquila donde un castaño se levantaba para defender el pequeño poblado de Karmaland conjunto a otros héroes. La puerta de aquella pintoresca casa se abrió, dejando ver a un híbrido respirar tan hondo como pudiera para luego sonreír desmesuradamente, bajando su vista, haciendo que sus ojos brillasen ¿la razón? un pequeño ramo de corona de novia, el castaño se agacho, tomando con delicadeza las flores, dándose media vuelta entrando otra vez a su casa para dejarlas en agua.
Ya hacia alrededor de dos meses que el castaño cada mañana al salir de su casa tenia un pequeño ramo de esas flores descansando a los pies de su puerta, haciendo que empiece a fantasear con el dueño de tan precioso regalo. Desde hace dos semanas que unas ganas inexplicables de conocer a aquella persona se hacían presentes, siendo estas cada vez mas latentes, no le importaba si fuese chico o chica, solo quería verlo, saber como era su apariencia y lanzarse a abrazarlo, para agradecerle de hacer mas hermosos sus días con aquel simple gesto.
Luego de dejar aquellas preciosas flores en agua salio para el pueblo, puesto era policía, ademas de defender a aquel reducido poblado de los monstruos. En el camino, como cada mañana, el castaño estaba tarareando e imaginado a aquel desconocido que había logrado captar su atención.
Mientras por otra parte, un chico oculto entre unos arboles algo lejos de la pintoresca casa miraba todo con una sonrisa, suspiro y se dio media vuelta, perdiéndose entre la poca densidad del bosque, yendo hacia su lugar y hogar, tocando con suavidad el tronco de los arboles, sonriendo mucho, sintiendo una pequeña calidez en su pecho, agachándose un momento, tocando con suavidad el pétalo de una pequeña flor silvestre, para luego, concentrando toda su felicidad en eso, hizo crecer un par de flores mas en el mismo lugar.
Aquel chico tan feliz es un ser divino, dios de la naturaleza, y con una belleza increíble, portando un bello y sedoso cabello albino, en la cual se encontraba una sutil corona de flores, de las mismas que dejaba en la puerta del policía, una piel blanca y tersa, de la cual sobresalían algunos tatuajes de color verde, haciéndolo aun mas hermoso, aquel majestuoso cuerpo solo tenia algo que le cubría sus partes intimas, pero nada mas que eso.
Aquel día iba a suceder algo que ninguno de los dos chicos pensaba, ese bello día de primavera se verían, se cruzarían, ambas miradas se conectarían y no sabrían como reaccionar, uno por la belleza que porta el contrario, y el otro por el simple hecho de que aquel humano que lo venia atormentando en su mente desde hacia mas de dos mese estuviera frente suyo.
Todo paso de la siguiente manera, el albino se encontraba en su pradera oculta, donde de ahí cuidaba toda la bella naturaleza que abundaba por ese pueblo, creando en sus manos otro ramo de corona de novia para el siguiente día, puesto que no quedaba muchas horas para el atardecer, todavía quedando rayos de sol iluminando el poblando y aquel sitio apartado, puesto después de admirar lo de la mañana estuvo deambulando a escondidas, creando mas flores y arboles, manteniendo un orden, para ya pasada gran parte de la mañana ir a su pradera. Mientras el castaño tuvo una mañana tranquila, hasta que a unas horas de la tarde, mientras el deambulaba por el pueblo para mantener todo en orden, vio a un ladrón robando le a un aldeano, por lo que enseguida, al grito de 'ALTO POLICÍA', se creo una persecución, en la cual tuvo algo de desventaja al tener que meterse al bosque, perdiendo al ladrón de vista, pero no se rindió y siguió corriendo, hasta llegar a un pradera, donde su vista se fijo en un albino sentado en el suelo, con un ramo de flores blancas en su mano, pero no fue en lo que se concentro, no, el se perdió cuando su vista engancho con la verde de la otra persona, el cual levanto la vista al sentir ruido, y una respiración agitada que lo puso alerta.
