↩×Agradecido×↪

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-Día 12-

-Enfermo-

Los héroes de Karmaland tenían una misión, donde se requerían a todos y cada uno de ellos, por lo que se coordinaron y a una hora fijada estaban casi todos en el cartel de tan peculiar poblado, estaban esperando a los dos últimos, solo faltaban lo...

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Los héroes de Karmaland tenían una misión, donde se requerían a todos y cada uno de ellos, por lo que se coordinaron y a una hora fijada estaban casi todos en el cartel de tan peculiar poblado, estaban esperando a los dos últimos, solo faltaban los dos híbridos y una vez llegaran podrían ir a lo encomendado tranquilamente. Todo era una charla amena, pequeñas bromas, risas, y una que otra pequeña discusión o algún gritito agudo por parte del amante del morado.
Tiempo después a uno de aquellos integrantes le empezó a sonar el teléfono, por lo que lo saco y se fijó que pasaba. Para su sorpresa tenía un mensaje de cada híbrido, suspiro y primero vio el de descendencia de oso, el cual solo avisaba que estaba llegando y que disculparon su demora, el menor rodo los ojos, salió de chat y fue al otro, al que si le importaba.

Se acercó con tranquilidad al mandón de todo el grupo de héroes, apoyo su mano en el hombro ajeno, haciendo que su amigo se girara para verlo.

Willy- Vegetta, Rubius me ha dicho que esta en camino -recibió un asentimiento de su parte, y antes de que el menor pudiera seguir hablando fue interrumpido por Auron, quien se metió a la conversación.

Auron- ¿sabes algo del emplumado de Fargan?

Willy- eso era lo siguiente que iba a decir -suspiro, notando que tenía la atención de todo el grupo- el tonto de Fargan se ha enfermado, me dijo que ya se comunicó con Merlon, asi que cuando llegue Rubius nos podemos ir -todos asintieton ante lo dicho por el albino.

Poco tiempo después llegó el faltante, disculpándose una y mil veces por la demora, haciendo reír a alguno y recibiendo las quejas del ilegalisimo, ante aquello Willy solo rodo los ojos, entre divertido y algo mosqueado. Antes de partir a la Misión encomendada el albino te Cleo de forma rápida a su emplumado amigo, acusándole que a la vuelta de la misión iría a verle y a cuidarlo, aunque lo segundo no se lo dijo.

Después de un par de horas, ocho héroes volvían desechos y cansados, con algunas heridas, unas siendo pequeños rasguños, otras siendo algo graves pero nada de que preocuparse, pues habían llevado cosas para curarse, suspirando y renegando, todos q...

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Después de un par de horas, ocho héroes volvían desechos y cansados, con algunas heridas, unas siendo pequeños rasguños, otras siendo algo graves pero nada de que preocuparse, pues habían llevado cosas para curarse, suspirando y renegando, todos queriendo lo mismo, ir a sus casas para descansar, cosa que todos hicieron, o bueno, casi todos, puesto que el albino, por más cansado que estuviese, se dirigió a la casa del castaño.

Estaba a mitad de camino, no le quedaba mucho, por lo que soltando un pesado suspiro aceleró el paso, llegando cuanto antes a la casa del mayor, cada tanto refregaba su cara, quejándose en entre dientes. Cuando se dio cuenta estaba a nada de llegar, por lo que rápidamente aviso al propietario de la vivienda su próxima llegada.
Apresuró su paso, hasta estar frente a la puerta del hogar, donde no llegó a tocar la puerta, pues esta se abrió dejando ver a un castaño cansado, con una leve sonrisa, ante esa imagen el menor sin previó aviso, entró a la casa y cargo como princesa al mayor, cerrando la puerta con su pie, dirigiéndose en silencio hacia la habitación de Fargan.

Una vez el mayor acostado y arropado, el albino fue a por un trapo, para mojar lo en agua fría, y dejándolo húmedo fue hasta el castaño, dejando dicho objeto en la frente ajena, pues este estaba con fiebre, y no se le ocurrió mejor forma de bajarla que con eso.

Luego de que el albino le hiciera una sopa al mayor e hiciera algunas cosas, ambos se encontraban acostado, uno despierto y el otro dormido. Y no, el castaño no estaba dormido, Willy era el dormido, mientras era observado por Fargan, quien acariciaba las suaves hebras albinas, sonriendo por la ternura generada por su amigo.

Así estuvo un tiempo, antes de el también caer ante los brazos de Morfeo, con una sonrisa agradecida, con su mano en la cabeza ajena, mientras el albino estaba medio pegado al mayor, con una expresión tranquila en su rostro.

☸Willgan Month☸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora