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El Albino no sabía si arrepentirse o no, estaba en mucha duda, pero lo haría, ya hacia un tiempo que se lo quería hacer, pero no le tomaba tanta importancia, por eso mismo no se lo había hecho ya. Suspiro, mirando a su amigo enfrente suyo esperando a que le diera el ok para poder empezar, claramente con todo lo que necesitaba para hacer aquello.
Auron- lo preguntare una última vez ¿estas seguro? Todavía tienes tiempo para arrepentirte
Willy- tío, ya te dije que sí -bufé y rode los ojos.
Rubius- ya escuchaste al chino Auron, ya pasa le la aguja
El Albino rodo los ojos y se dispuso a relajarse rápido, para poco tiempo después darle el ok al del piercing en la ceja. Este asintió y una vez todo listo, paso la aguja por la parte de abajo del labio, claramente centrado, todo de forma rápida, aunque eso no evitó que sintiera algo de dolor y que por inercia cerrar los ojos. Luego de eso, y pocos pasos después, el Albino tenía aquella perforación hecha.
Auron- listo Willy, todo listo, lo que si, se cuidadoso y por un mes más o menos curalo, y tene mucho cuidado hasta que se cicatrice ¿ok? -le acercó un espejo de mano para que pudiera verse- ¿te gusta?
Willy- esta bien, muchas gracias Auron -le sonrió, aunque la genero un poco de dolor pero nada que no pueda aguantar. Tomó el espejo y se vio, sonriendo aun más, le encantaba- si me encanta
Luego de aquello y que el albino le pagara al mayor por eso, los tres se quedaron hablando un rato, riendo y tomando algo, claramente el menor teniendo mucho cuidado. Entre charla y charla tocaron la puerta, ya que se encontraban en la casa del más chico, por petición del mismo, con lo cual para el del piercing en la ceja no hubo drama pues estaba todo en norma como se debe para ese tipo de perforaciones. Cuestión, una vez la puerta fue abierta, se encontró con el híbrido, el cual hacia pocos días también se había hecho un piercing, solo que a diferencia del propietario de la casa, el se hizo el septum.
Fargan- pero bueno, que bien te queda rata -soltó una risa y pasa una vez así se lo permitieran.
Willy- gracias -sonríe de lado, para luego irse tranquilamente hasta donde estaban los otros dos
El resto de la tarde la pasaron los cuatro entre risas, burlas, y demases, todo con un albino muy feliz por su perforación. Definitivamente no había forma posible de que pudiera arrepentirse de aquello.
