Capitulo 3

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- Lydia, podrías atender a la señora Dennis, viene con su hijo... sabes que ese niño es todo un caso – Thomas me saca de mi ensoñación - ¿estás bien?

- Si – parpadeo y sonrió – si yo... no he dormido mucho esta última semana, ya sabes... Emma – pobre de mi hija, si supiera que en realidad es otra cosa la que me tiene de esta forma – tubo dolor de estómago...- Thomas se acerca a mí, y me toma de la mejilla.

- Si tienes algún problema, en lo que te pueda ayudar... lo haré – le tomo de la mano y lo mantengo ahí.

- Gracias Thomas... te prometo que me concentrare – sonrió

- Lydia, se que este no es el mejor momento tal vez, pero... lo que paso la otra noche – me tenso – era cierto, si tu me das la oportunidad de estar más presente en tu vida y en la de Emma... podríamos ser una familia, en estos meses que llevo de conocerlas, las he aprendido a querer muchísimo y Camila también – veo sus ojos y sé que habla enserio.

- Thomas, yo ahora estoy muy confundida...

- Solo... piénsalo, ¿quieres? – me sonríe, un gesto que me indica que puedo confiar en él, pero justo en este momento no, así que solo asiento y salgo del consultorio para poder atender al niño.

- Muy bien Kyle, necesito que abras la boca lo más que puedas y mantengas puesta tu vista en el hombre araña de la puerta – el niño lo hace y me permite revisarlo sin ninguna objeción – Señora Dennis, Kyle tiene las anginas inflamadas a causa de la gripe, le haré la receta con los medicamentos necesarios y veras que saldrás en una semana – le cierro un ojo y el sonríe, su cabello rubio, sus ojos azules y la estatura de un niño de siete años me alcanza y me da un abrazo, he sido su enfermera desde que llegue aquí.

- ¿Y Emma? – me pregunta con voz rasposa, debido a su condición... Kyle conoce a Emma y siempre que tiene oportunidad de verla le saca una sonrisa.

- En casa, hoy la cuida Cami – realizo la receta para que la autorice Thomas

- El doctor Thomas, es el mas codiciado del pueblo Lydia... creo que cualquiera puede llegar a enamorarlo, ¿no crees? – Dennis es una de esas señoras que quiere que todo mundo se enamore y se case – Bueno dicen las malas lenguas que... existe una chica del pueblo de junto que le ha puesto los ojos encima... además, el doctor viene de una muy buena familia.

- ¿las malas lenguas Dennis? – sonrió, y se para donde va, en todo este tiempo no es la primera que me lo insinúa – supongo que es un buen partido para cualquiera... es doctor, es un caballero, es amable y humilde... supongo que a cualquier persona que el escoja se estaría sacando la lotería – pienso un momento en lo que me dijo "una familia... ¿juntos?".

- Bueno, pero eso esta por verse, ¿no? – solo la miro y niego con la cabeza

- Muy bien Dennis, iré con el doctor Thomas para que autorice esto y después podrán irse a descansar.

Después de que Dennis y Kyle se fueran, tuve alrededor de diez pacientes más, ahora tengo que llenar papeles y papeles de expedientes, pero ya pasan de las seis de la noche, y Emma me esta esperando, así que por hoy es suficiente, apago mi computador, acomodo todo mi escritorio y voy hacia la oficina de Thomas.

- ¿Thomas, puedo pasar? – toco antes de entrar

- Si, si... adelante – esta sentado llenando y llenado montañas de expedientes – estoy hecho un desastre, lo se...

- No te preocupes, yo te dejo, tengo que ir a comprar mi despensa y preparar la cena... ¿te falta mucho?

- Bueno, yo creo que estaré aquí un buen rato más – asiento

- Muy bien... entonces no te distraigo más – cuando voy a cerrar la puerta me grita.

- Lydia... sabes que nunca me interrumpirías – algo en mi estomago salta, pero trato de contenerlo.

- Adiós... Thomas – sonríe y solo asiente

Me dirijo al local de Alli para comprar lo que me hace falta, logro estacionarme, ya que la tienda esta llena, es grande pero no tanto como una de ciudad... pero es la que tiene mejores cosas.

- ¡Hola Alli! – la saludo desde lejos ya que tiene mucha gente, empiezo a cuestionar si no debería volver otro día, pero los pañales de Emma ya casi se terminan.

- ¡Hola Lyd!, pasas después, tengo algo que darte – está muy presionada y solo asiente y le hago una seña que volveré con ella en un rato.

Mientras camino por los pasillos, escogiendo lo que me llevare, me detengo frente al refrigerador de los helados, se me antoja uno de fresa, lo tomo y lo hecho a la canasta... pero cuando me voy a dar la vuelta visualizo unos zapatos negros y una corriente hace que mi piel se erice... doy la vuelta lentamente, cuando alzo la vista solo se escucha como la canasta cae al suelo esparciendo todo lo que traía.

- ¿Qué haces aquí? – trato de recoger algunas cosas, pero todo mi cuerpo tiembla.

- Necesito hablar contigo – Derek trata de ayudarme a levantar todo, pero lo quito de un manotazo, me levanto con las cosas y me dirijo a la caja, sin hacer caso a todas las miradas por lo rápido que voy.

- Lyd... Lydia – solo logro escuchar eso

- Alli, ponme todo esto, hazme la cuenta y regresare por ello – me salgo de la tienda y trato de localizar mi camioneta.

- Lydia... para – Derek corre detrás de mi

- No – lo encaro - ¿Qué te hace pensar que quiero escucharte? – se lo digo con la mayor paciencia que me queda.

- Escucha, se que lo que dije la ultima vez no fue lo correcto, fui un verdadero estúpido, un pendejo, lo que quieras... pero tienes que escucharme...por...

- Basta... para... ya – lo callo con mi mano

- Te lo dije – volteo para ver de donde proviene esa voz – te dije que iba a regresar... tuve que traerlo a él – Nick esta recargado en un carro de brazos cruzados.

- Acaso los dos quieren volverme loca - ¿y si Nick le dijo a Derek que es el verdadero padre de Emma?, me falta el aire ¿y si quiere quitármela?

- Se la verdad – volteo a ver a Nick, es un maldito, todo el piso se mueve, pero trato de controlarme.

- ¿De que hablas? – trato de sonar lo más calmada que puedo

- Que fue inseminación artificial... que nunca tuviste nada que ver con él – volteo de uno al otro – Pero eso no es todo lo que tengo que decirte... es...

- Cállate, no quiero saber nada más – retrocedo – estoy con alguien más y no quiero volver a saber nada de ustedes, ni en mi vida... ni en la de mi hija – solo veo sus caras, no saben que decir y a decir verdad yo tampoco, me subo a mi camioneta y me dirijo al único lugar en donde puedo desahogarme.

Cuando llego a mi destino, entro sin avisar abro la puerta y lo veo me dirijo hacia Thomas y lo beso. Me siento frente a él, trato de quitarle su camisa y cuando lo logro el ya me ha quitado el sostén, me besa por todas las partes de mi pecho hacia mi boca, me levanta y hace que me quite mis vaqueros y mi tanga, y de una sola estocada me penetra, grito... hace mucho no lo hacía, el también... lo tomo del cabello y le hecho atrás su cabeza para poder besarlo, en un movimiento me levanta y me coloca en su escritorio no sin antes haber tirado todo, enredo mis piernas en su cadera para dejarle más espacio y pueda tener más acceso a mí, como puedo me agarro del escritorio cuando sus embestidas se hacen cada vez más fuertes y rápidas.

- Ya... no puedo más...

- No, espera – Thomas es muy guapo, atractivo... y si me gusta – ya, Lydia... ya

Me dejo ir, con palpitaciones en mi sexo me recuesto en el escritorio y el encima de mí, hasta que logramos controlarnos.

¿Podre rehacer mi vida con Thomas, si le doy una oportunidad? 

Contrato de: Un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora