Capitulo 1

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Me gusta saber que pronto caerá la nieve, me gusta saber que Emma tiene su propio espacio para se libre... claro aun no camina del todo... la primera vez que intento levantarse se dio tremendo golpe en sus pompitas, me sorprendió el hecho de que no soltó ni un quejido, al contrario, se levantó y lo volvió a intentar... el hecho de agarrarse de los sofás me dio calma...pero no del todo.

Ella hace que cada minuto cuente, al final de todo por ella estoy aquí, intentando sanar todo el dolor que viví... tenia que salir adelante, por ella... y por toda mi familia.

Me acerco a Emma que está en su tapete con todos sus juguetes, ella me recibe con esa sonrisa suya, mostrándome que le están creciendo sus primeros dientecitos.

- Lo que más me duele... - le digo acariciando su pequeña mollerita, en donde se han arrojado unos rizos hermosos – Es que nunca van a conocer a la luz de mi vida... y pensándolo bien, apuesto a que hubieras sido la luz también de ellos – la tomo entre mis brazos – ¿Pero sabes una cosa Emma? – Ella se ríe – no los necesitamos, iremos al pueblo y compraremos las cosas ideales para hacer un pastel de fresa o chocolate.

Nos dirigimos hacia la habitación de Emma para prepararla, tratar de rehuir del recuerdo de Nick y Derek... solo hace que no olvide el resentimiento que tengo por los dos y nunca olvidar que ambos nos echaron de su vida... así sin más.

***

1 AÑO ANTES

- ¿Señorita Lydia? – solo asiento – Tal parece que fue una fuga de gas lo que ha provocado la explosión, lo sentimos mucho... los cuerpos han quedado desechos, no pudimos hacer nada...

- Basta... yo me encargare de todo – al fondo solo escucho la voz de Nick- ¿Cómo es posible que no haya quedado nada? – solo escucho que discute

Lo busco con la mirada, después a todos los policías que están y por último mi casa... me levanto y me dirijo hacia ella, no se cuantas horas han pasado pero el fuego esta apagado, solo sale humo.

- Señorita, no puede...-

- Lydia...- como puedo me cuelo antes de que me detengan y me dirijo hacia la sala o lo que era de la sala, tomo un hacha que algún bombero habrá dejado y empiezo a golpear el piso, cuando logro romperlo... salta a la vista una caja, la tomo y salgo con ella – Lydia, ¿Qué pretendes? – me pregunta Nick evidentemente molesto – Estas loca, como pudiste hacer eso, ¿Y Emma? Piensa en ella.

- Lo hago precisamente por ella, quiero ir a casa... evidentemente ya no hay nada que hacer aquí...

- Enterrar a tu familia...- Lo detengo antes de que termine.

- ¿Qué familia? ...- alzo la voz - a qui ya no hay nada, ni para Emma ni para mi... todo se fue a la mierda... un momento de descuido, un maldito momento, un maldito segundo, minuto y todo se va a la mierda...

- Escucha, entiendo que estés muy dolida, todo esto... si, es una maldita mierda, pero no estas sola, te prometo que jamás te dejare, siempre vas a poder contar conmigo para lo que sea, no podemos irnos hoy.

- ¿Por qué? – Nick agacha la cabeza - ¿Qué paso? - las lágrimas empiezan a salir de nuevo.

- Susan... murió.

***

- Gracias Alli – Me despido de una de las primeras personas que conocí

- De nada Lydia, me guardas un cacho- me despide con su mano.

- Sabes que si – Sonrío y me voy con las cosas debajo de la carriola de Emma.

Cuando llegamos a Alaska, me asusto empezar en un lugar nuevo y bastante escondido a lo que estaba acostumbrada, la casa en la que vivimos esta a unos cincuenta minutos del pueblo, entre árboles y tranquilidad, y ciertamente debo agradecerle a Alex todo esto.

Cuando llegamos a la casa visualizo el carro de Camila, me ayuda a cuidar a Emma cuando tengo consulta, decidí rehacer mi vida, y una de las cosas que retome fue mi carrera, ¿Cómo cambian las cosas? hace dos años que me gradué, así que decidí retomar y terminar lo que me hacia falta, de tal modo que tres veces a la semana voy al pueblo a la clínica y me he ganado ser titular de esos tres días, Doctora Solano, el Doctor Soydere me dio la oportunidad y lo he aprovechado.

- ¡Hola Lydia!... ¡Emma! – enseguida que me estaciono Camila va por Emma y esta al verla se pone muy feliz.

- Hoy le he dicho a Thomas que no iré, pero puedes quedarte y cocinar un pastel de chocolate o vainilla con nosotras, ¿Qué dices?

- Me encantaría, ¿te ayudo? – estoy bajando las bolsas

- No, tu encárgate de Emma – asiente y se va para la casa

Una vez todo esta en su lugar, me dispongo para hacer el pastel.

- Mi hermano me ha dicho que le agradas mucho – menciona Camila

- No es la primera vez que lo he escuchado – alzo las cejas y mientras bato todo, niego con la cabeza.

- Veeennngaaaa, Lyd... es soltero – asiento

- Lo sé, desde que los conocí no has dejado de mencionarlo-

- Le agrada mucho Emma...

- Bueno, en defensa de eso... es una bebé, ¿a quien no le agradaría? –

- Tienes razón – me señala con el dedo – Por hoy lo dejare estar, pero no descansare hasta verlos juntos.

Estoy sacando el bizcocho de chocolate al final para decorarlo, cuando escucho música de la sala, me asomo y me encuentro a Camila con Emma en brazos bailando y dando vueltas, sonrió, recuerdo cuando yo lo hacía, y tal vez por eso me agrada Camila, tener a Emma da vida a la casa, pero tener a Camila hace que las dos nunca paremos de reír, así que sin más, le subo un poco más y nos ponemos a bailar.

- ¿Hola? – Ambas paramos en seco

- ¡Thomas! – ambas con la respiración entrecortada – ¿Hermano que haces aquí?

- Bueno, Lydia nunca falta... así que decidí venir para saber que estaba bien, y bueno nadie abría y decidí entrar. – Camila hace ese gesto de Amiga date cuenta.

- Gracias Thomas, no hacía falta – pienso un momento – Hice un bizcocho de chocolate y estaba por decorarlo... el cumpleaños de Emma fue hace unos meses...

- ¿Cuántos cumplió? – me riñe Camila

- Un año, y bueno... ¿quisieran celebrar hoy con ella?

- Claro – dice Camila con Emma aun en los brazos

- Por supuesto – asiente Thomas – ¿Te puedo ayudar?

- Si – dudo un momento

Cuando terminamos de decorarlo, salimos con las velas encendidas y Emma, mi hija, mi amor eterno no deja de moverse de lo feliz que esta y le cantamos Feliz cumpleaños... atrasado claro.

Una vez que terminamos, Camila y Thomas se empiezan a despedir, Emma esta dormida en su cuna y yo salgo a despedirlos.

- Me avisas si iras a trabajar – dice Camila subiéndose a su auto.

- Claro – sonrió y se va

- Gracias – volteo a ver a Thomas

- No, gracias a ti –

- Sabes que... yo estaré siempre.

- Thomas, de verdad no te ofendas... pero eso ya lo he escuchado antes...y – se acerca y me besa.

- Yo no soy los demás – me dice eso cuando se separa – nos vemos pasado mañana en el trabajo.

Cuando entro en la casa, me dirijo a echarle un ultimo vistazo a Emma, y me dirijo a mi habitación y ponerme el pijama, no dejo de pensar en el beso con Thomas, pero no siento nada, unos sonidos me despiertan y me dirijo hacia la puerta, seguramente es Thomas.

- Thomas – Cuando abro, siento un golpe en el estómago.

- Hoy no es el cumpleaños de Emma – abro la boca, pero la cierro de inmediato- yo estuve el día que nació.

- ¿Qué haces aquí?. 

Contrato de: Un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora