Lentamente lo alejo con mi mano en su pecho sabiendo que posiblemente me arrepentiré.
- Vete... por favor... - cierro los ojos – No puedes hacer esto
- Lyd... por favor – niego con la cabeza, dirigiéndome a la puerta quitando el seguro y abriéndola.
Cuando el sale cierro, recargándome sobre la puerta el sentimiento de soledad me inunda.
Son las cuatro de la mañana y no he podido pegar el ojo más que veinte minutos desde entonces solo he dado vueltas a la cama, y como obviamente no baje a cenar también muero de hambre.
- ¡Maldita sea! – hecho un ojo a Emma y poniéndome unas pantuflas que he traído decido salir en busca de la cocina.
Prendiendo algunas luces, verifico que no hay nadie despierto, excepto los guardias que están en la parte de afuera. Al fin logro localizar la cocina y veo el refrigerador y me acerco a él.
- ¿Qué haces aquí? – el grito ahogado que salió de mi garganta hace que Carlos se parta de la risa y por un momento yo también.
- ¡Carajo!, pudiste haberme dicho que estabas aquí – me agarro el pecho en modo dramático.
- Si, en efecto, pero a mí también me has asustado – deja su plato sobre la encimera.
- Lo siento, he tardado en dar con la cocina y he decidido no prender la luz – en ese momento se abre la puerta que da hacia el jardín.
- ¿Qué ha pasado? – entra un hombre de negro con un audífono y un radio en la mano – Escuchamos un grito – Carlos ríe
- Nada Miguel, solo tiene hambre.
- Si, no cene y vine por algo y lo encontré a él sentado en el piso de la cocina... aun sabiendo que hay como diez asientos. – sonrió
- No quería que nadie me viera – alzando sus manos en forma de disculpa Miguel anuncia por su radio que no ha pasado nada y se esfuma.
Yo que me he percatado de lo que comía Carlos dirijo mi vista hacia la caja que esta cerca de la estufa.
- ¿Nesquik?... ¿Los venden aquí? – tomo la caja, buscando un tazón, pero El se adelanta y baja uno de una estantería ofreciéndomelo.
- No como tal, esos y como veinte paquetes más que están en la despensa los ha traído Nick... claro que de los veinte que trajo solo quedan como quince...- Sonríe y alzo las cejas – Claro que una vez que los comes no puedes dejarlos – Asiento y sonrió.
- Gracias – busco la leche y al final la saco del refrigerador.
Nos quedamos en silencio obviando y tratando de olvidar lo que dijo de Nick, lo se alguna vez me paso lo mismo con Nick.
- Me alegra conocerte al fin – se sienta en uno de los bancos y al final me siento frente a el – Solo había sido por fotos y bueno de pequeña.
- ¿De pequeña? – frunce el ceño
- Si papá nunca quiso tener fotos tuyas actuales hasta hace como dos años... me alegra tener una hermana.
- Tu tienes una hermana ya... yo soy tu "hermanastra" – hago señas con mis dedos.
- Si, pero tú no estás loca con una venganza estúpida – me hace reír.
- Bueno, pues es un placer – le estiro mi mano para saludarlo, al fin al cabo el no tiene la culpa de que nunca nos hubiéramos conocido hasta hoy – Dime una cosa.
- La que quieras – sigue comiendo.
- ¿Por qué tu si y Ella no?
- Te seré franco, al principio de todo yo estaba con Gi – En cuanto escucho eso estove a punto de echar a correr, pero me detuvo - Pero tiempo después encontré a papá y me di cuenta que lo que ella pretendía hacer no era lo correcto, con engaños logre persuadirla de dejarlo estar, pero tal parece que solo fue por un tiempo hasta que mi madre murió y eso le afecto mucho. Cuando nos enteramos de las bombas, fue cuando Nick nos localizó, ese hombre movió tierra y mar para encontrarnos y explicarnos todo lo que sucedió, mi padre trato de contactarla... está muy mal y nunca nos dimos cuenta, la influencia de mi mama sobre ella fue mucha. Yo me fui a la universidad para alejarme de todo eso y el negocio al que se dedican desde el momento en que mi padre se fue. Es todo lo que yo te puedo decir... hasta que hables con papá.
- No se si quiero hablar con él, después de todo si no fuera por él mi familia y mi madre no hubieran muerto y Emma no hubiera pasado por lo que paso.
- Escucha, si algo he de decirte es que el te protegió desapareciendo, no hay persona que se sienta más culpable que él... Solo sale una oportunidad.
- Es... casi increíble que pase más de un año pensando que me había quedado sola, sin mi familia... y ahora tengo una hermana, un hermano y...
- Un padre – Como un golpe al estómago, Carlos y yo dirigimos la vista hacia la entrada de la cocina, estando parado Alejandro Aragón.
ESTÁS LEYENDO
Contrato de: Un amor
RomanceContinuación y ultima parte de Contrato de: Una Vida Regresa Lydia y Emma... Regresa Nick... Regresa Derek... Pero junto con todo eso, Lydia también tiene la oportunidad de ser feliz, aunque su pasado sea proximo a convertirse en su presente, algo q...