Contrato de: Un amor

Capitulo 6

Un Año antes

No se a quien llamar, no tengo a nadie con quien quedarme... creí que me Derek me escucharía, que al menos nos daría una oportunidad de pasar la noche y no lo íbamos a molestar, me encuentro en el lobby llevo como veinte minutos sentada en las escaleras... al parecer el portero no esta y eso me da un alivio enorme, ya que puedo estar aquí al menos en lo que para de llover, al parecer la lluvia no ayuda al estado de ánimo.

- ¿A dónde vamos ahora? – abrazo a Emma que esta dormida en mis brazos, sintiéndome tan inútil, sola y sin saber que hacer.

- Tome, es café le quitara el frio – el portero me entrega un vaso desechable con café, y yo se lo acepto con lágrimas en los ojos.

- Gracias – lo tomo con cuidado

- Es muy bonita... se parece un poco al señor Derek – solo veo hacia la lluvia y después a mi hija

- Creo que se parece a mí – frunzo el ceño - ¿conoció a Derek de pequeño?

- Claro, trabaje con su padre – alzo las cejas en modo de ironía – Y ahora no se que le pasa a él, de ser un gran ejemplo... ahora existen fiestas cada semana.

Por un momento me siento culpable, saber el por que tal vez el este así creo que fue mi culpa, pero después de lo sucedido, se me olvida por completo.

- ¿Cuál es su nombre? – le pregunto al hombre, que, aunque ya con canas y algo grande, se que no es mala persona y me transmite confianza.

- Andrés, para servirle con mucho gusto a usted... y a la hija de mi patrón – sobresaltada doy un brinco de la escalera a él – pero tranquila, si usted no quiere no se lo diré, se lo prometo... después de como la ha echado lo entenderé, ¿puedo preguntar cuál es tu nombre? – me quedo en shock e intentando negar todo comienzo a llorar, el señor Andrés me abraza y me lleva a una puerta que conduce a un pequeño espacio en donde esta puesta una mesita de noche unos sillones y una tele, el muy amable me quita a Emma dormida y la coloca en uno de los sillones.

- Me llamo Lydia y... Derek no puede saber que Emma es su hija, no puede... por favor prométamelo, no puede... después de esto... yo veré como saco adelante a mi hija sin ninguno de ellos –

- ¿ellos? – y sin pensarlo, sin conocer a esta persona, todo lo que tenia que sacar lo saque, desde la primera vez termine con Derek, hasta el día que conocí a Nick, el día que me entere que estaba embarazada, cuando Alex murió... junto con lo de la herencia, el ultimo día que volví a ver a Derek y descubrió que estaba embarazada, la explosión en donde toda la familia que me quedaba murió, el hecho de rehacer mi vida con Nick, que Nick me hecho y ahora Derek igual.

- Se que cometí errores, no debí ocultarle a Derek lo de Emma, el día de la explosión le había dicho a Nick que le diría toda la verdad a Derek, pero al final no lo hice... todo se complicó, hoy vine con la intención de decir todo... pero al final todo se fue al demonio – sin pensarlo, las lágrimas, el enojo, la decepción y la desesperación se apoderan de mi – lo que mas me enoja, es que deje todo y ahora no tengo nada que ofrecerle a Emma, un techo, un hogar... algo seguro, siento que me voy a hundir en cualquier momento...- al final solo oigo mis suspiros y Andrés me toma la mano.

- Tu hiciste lo que creíste correcto en su momento, no eres adivina para saber que todo esto iba a pasar, lo que tu querías era ayudar a tu familia y por la desesperación lo hiciste, al final lo único que te debe mantener con vida, segura y estable... es que reaccionaste y luchaste por tu hija, por que al final solo tu sabes lo que se sufre por un hijo – sus palabras me dejan sin saber que decir, se levanta y va hacia Emma – Por mi parte guardare tu secreto... y si me permites decir, acepta la herencia no es para ti es para ofrecerle un futuro a ella, un hogar, algo seguro... yo te voy a ayudar.

- Pero me acaba de conocer – me levanto le toco su pequeña manita a Emma y ella en reacción aprieta mi dedo – no soy nadie

- He oído hablar de ti, muchas veces Lydia... y ahora entiendo por que él esta así, pero tampoco lo voy a justificar, he trabajado muchos años para la familia Miller, por lo tanto, yo aprecio a Derek mucho y te ayudare a ti y a tu hija...- lo miro con admiración, realmente sorprendida y con un gran sentimiento.

- Gracias – lo abrazo, me siento tranquila.

- Te llevare a mi casa, ahí estarán más cómodas – asiento – ya no se oye música así que estarán muy borrachos y no abra nadie, nos iremos enseguida.

- Derek... ¿no te necesitara? – apunto de salir me detengo

- Por lo general cuando hace esto no despierta hasta pasando el medio día después de la borrachera – agacho la cabeza, pensando que es por mi culpa – es su decisión Lydia, el decide si comportarse como un hombre enfrentando lo sucedido o como un adolescente dolido emborrachándose hasta perder la conciencia... - salimos y miro por ultima vez hacia las escaleras – estará bien, vamos.

Cuando subimos al coche, enseguida nos alejamos siento un gran alivio, pero al mismo tiempo tanta tristeza.

Las semanas pasaron, al igual que mi pena un poco... la casa de Andrés es acogedora, tiene mucha luz... hoy firmamos y aceptamos la herencia, la decepción me inundo cuando no lo vi, Patrick solo menciono que dejo los papeles firmados y tuvo que viajar, me mostré fuerte... pero una vez llegamos a la casa no pude contener ni una lagrima.

- Lydia, la casa esta lista... sus vuelos salen mañana a primera hora – tengo a Emma en mis brazos, he hecho las maletas... en realidad no teníamos mucho.

- Gracias por venderme tu casa – sonrió agradecida

- Tu casa, estará muy bien cuidada... nadie las encontrará ahí... nadie sabía que yo tenía una casa en Alaska, así que no abra ningún problema – lo abrazo.

- De verdad muchas gracias, por todo... ¿dejare de llorar algún día? – pregunto ilusionada.

- Hasta que tu corazón sane – sonrió pesadamente

- ¿Lo prometes? – Voy a extrañarlo, ha sido un muy buen apoyo todo este tiempo, una persona que sin pedir nada me dio mucho.

- Lo prometo – lo abrazo – las iré a visitar

Durante la noche no pude dormir, pensando en que al siguiente día dejaría todo atrás, solo miraría al frente por mi hija y por mí. Le doy un último abrazo a Andrés, y subimos al avión.