¿Por qué tú? (COMPLETO)

CAPÍTULO 32

POV JULIA

Tras ese día en el hospital no volví a ver a marcos, eso no significaba que no hubiese vuelto a saber de él, ya que cada día me llamaba por lo menos cinco veces, cuando vio que tras casi una semana así no le contestaba empezó a enviarme mensajes, en todos me debía lo mucho que me quería y lo mucho que sentía lo que hizo, que no debería haber reaccionado así al enterarse de la beca que el miedo le cegó no pudo pensar, también me contaba sobre su día, me contaba cómo le iba en la facultad y esas cosas, en uno de los miles de mensajes que me mando me explico que lo hacía porque así sentía que seguíamos sabiendo el uno del otro pese a que yo nunca le respondía, la cosa llego hasta tal punto que tras casi dos meses así decidí cambiar de móvil y pedirle a Esther y a mi familia que no le dijeran mi nuevo número.

Supongo que al saber que había cambiado de numero decidió actuar de otra forma, y empezó a escribirme emails, estos eran iguales que los sms, me decía lo mucho que me quería y me contaba sobre cómo le iban las cosas, llego un momento en el que me canse de recibir tantos emails y decidí destinar todos a un buzón a parte que ponía “NO ABRIR” y le puse contraseña, desde el día que decidí hacer eso no volví a leer ni un solo email más, pero la cosa no quedo ahí, marcos decidió que sería “romántico” escribirme carta, si, cartas de papel, o eso me decía en la primera carta que leí, primera y última, pues decidí hablar con el servicio de correos y decirles que destinaran todas las cartas de ese remitente a un buzón que había alquilado en un edificio de correos, así no tendría que ver las maltitas cartas todos los días.

Del accidente ya habían pasado casi cinco meses, en esos meses las cosas no me había cambiado mucho, seguía odiando a Marcos pero también seguía locamente enamorada de él, iba con bastante asiduidad a visitar al guapo doctor Jack y también iba a clases todos los días.

En la universidad iba bastante bien, había mejorado mi inglés y las notas era muy buenas.

La que si había cambiado y mucho era mi “hermana” Esther, y digo hermana porque para mí en estos últimos meses se había convertido en eso, en mi familia al igual que pablo, ya que no pude decirle a mi familia nada de lo del accidente o el aborto porque se habrían vuelto locos y me habrían obligado a volver a España, cosa que no podía hacer porque desgraciadamente me traía mucho recuerdos, tanto buenos como malos.

Bueno en lo que iba, Esther, ella había pasado de ser una chica alocada e imprudente a convertirse en una mujer, una mujer hecha y derecha, desde que estaba con pablo estaba mucho más centrada en sus estudios, pero no había perdido esa chispa que la caracterizada.

Ellos iban tan enserio que en algún momento pablo me había mencionado que como ya iban a hacer un año como pareja estaría bien dar un paso más y quizás casarse, yo no me lo tome nada en serio la verdad, a pablo se le solía ir mucho la cabeza, pero lo que si tenía claro es que si no se casaban ahora, lo acabarían haciendo ya que eran el uno para el otro.

7 meses después del accidente...

Desde hacía un par de semanas había empezado a salir con el doctor Jack, él era un chico de unos 27 años, era alto, musculoso y con unos ojos azules que me encantaban, tenía un poco de barba, pero aun así le hacía parecer más hombre, cosa que me encantaba.

Las veces que habíamos quedado había sido en bares o lugares públicos, la verdad es que él era un chico muy maduro con las ideas muy claras y muy dedicado en su trabajo, pero aparte de todo eso era muy divertido y cariñoso conmigo, y al saber toda mi historia, sabía perfectamente que temas tratar conmigo.