Capítulo 17

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Era casi media noche, había llovido esa tarde por lo cual hacía frío en la Montaña Paos

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Era casi media noche, había llovido esa tarde por lo cual hacía frío en la Montaña Paos.

El niño se movió un poco en su cama, no podía dormir, sentía la impotencia apoderarse de él de nuevo.

Sus padres, familiares y amigos lo habían colmado de besos, abrazos y preguntas, muchas preguntas que el pelinegro no quisó responder.

No comió en lo absoluto, algo bastante extraño en él, por lo que su madre preocupada optó por llevarlo con un médico al día siguiente.

Antes de irse a la cama, su padre le volvió a preguntar que ocurría, a lo que él respondió con un "Nada, solo estoy cansado" el pelos de palmera se creyó la mentira, y le deseó las buenas noches.

Volvió a llorar por segunda vez en la noche, por alguna razón, se sentía vacío, enfadado y solo... muy solo... quizás más solo que antes.

Aunque aquellas lágrimas, más que de tristeza, eran de enojo y frustación.

Se podía decir que estaba enfadado con su madre por decir cosas tan hirientes, estaba enfadado con Jaco por traerlo de vuelta, estaba enfadado con Goten adulto por permitirlo, estaba enfadado con Mark por no hacer nada, y sobre todo...

Estaba enfadado con él mismo por enfadarse con los anteriores.

Él estaba seguro de que su madre no quisó hacerlo, Jaco no tuvó opción, Goten adulto solo quería protegerlo, Mark... bueno, no era su problema.

Pero en lo que si estaba seguro, es que se odiaba, odiaba haber nacido, odiaba culpar a otros, y odiaba tener que resolver todo llorando como un bebé.

Esperaba no sollozar lo suficientemente alto como para que sus padres lo escucharan, y fueran a ver que le pasaba, ya le había causado mucha preocupación como para que se siguieran preocupando por él.

De pronto, su llanto fue interrumpido por un golpe en la ventana. Pensó que quizas se trataba de una rama del árbol junto a la casa, así que hizó caso omiso, y se siguió hundiendo en su miseria.

Pero los golpes no cesaron, y cada vez sonaban más y más fuertes. Se levantó harto de ese ruido, y dispuesto a cortar con sus manos esa rama para que dejara de joder.

Cuando se acercó a la ventana ahogó un grito...

No era ninguna rama la que golpeaba el vidrio... era una persona, un hombre, para ser más específicos.

El niño sin apartar la mirada de esa persona, comenzó a retroceder para llegar a la puerta y alertar a su padre. Podría defenderse él mismo, pero no estaba en condiciones en ese momento.

El sujeto, quien estaba sentado en la rama, movió sus manos de manera rápida, indicandóle que no lo hiciera, señaló al menor con su dedo índice, y luego se señaló a si mismo.

Goten arqueó una ceja. Ahora no estaba asustado, estaba confundido.

-Actua como si me conociera.-pensó.

Goten, Goten y Goten ┇Dragon ball // [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora