adore you ☆ jimin

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Jimin estaba de panzas en el sillón con las patas abiertas disfrutando de la comodidad de su nuevo hogar, vio a su humana correr de un lado a otro, se le había hecho tarde otra vez por estar esperando a ese sujeto de nombre Hyunjin.

――¡Vuelvo después, Jimin! ――despidió y él suspiro.

Con su pata rascó su cascabel y se transformó un humano.

Un humano muy hermoso, con el rostro como pulido por un escultor.
Parpadeo un par de veces para después bostezar.

Fue a la cocina, a comer cereal, se dio un buen baño y volvió a acostarse, siguiendo su rutina de no hacer nada a en el día.

Tal vez su lado humano no era tan diferente a su lado felino.

Lo único que hacia era comer, dormir e ir al baño.

Y de vez en cuando jugaba con esos  estambres que Yoonkyu compró para él.

Escucho que tocaron la ventana, vio a un canario picando en el cristal.

Poco a poco se acercó, acechando y cuando lo vio con claridad, abrió la ventana para dejarlo pasar.

Este se convirtió en un ser humano luego de entrar y tocar su cascabel, el chico sacudió su cabello platicado para saludar a su amigo. ――¿Es tu nueva casa?

Jimin volvió a echarse de panza y negó. ――Llevo dos semanas aquí apenas.

――Vamos, no seas tan amargado. Si ella se quisiera deshacer de ti lo hubiese hecho desde hace días. Pero en su lugar te sigue aguantando.

――¿Que me dices de ti?

Negó. ――No hay muchos amantes de pájaros como yo en el mundo.

Por la misma ventana entró otro pequeño animal.

Un conejo.

Rascó su cuello y luego el cascabel que colgaba de un listón y tomó su forma humana, les dio una sonrisa a ambos.
――¡Hyung, tengo hambre!

――Creo que tiene ramen por algún lado.
Jimin revisaba la cocina para alimentar a sus amigos.

――¿Escucharon lo que yo?

――¿Qué?

――Dicen que cada día hay menos Magos, alguien los está desapareciendo.

――Deberíamos tener cuidado al salir.

――Para el mundo solo somos un trío de animales. ――Jimin encendía la estufa. ――No se preocupen.

――Lo dices porque tu al menos tienes donde esconderte. Nosotros no tenemos tu suerte.

――La última niña que me tuvo, me olvidó en un columpio.

――¡Yo vivo todos los días con el miedo de que un gato me coma! ――Decía el platinado.

――No te ves apetitoso.―― El otro molestaba. ――Eres muy chiquito.

――Como sea. Vine porque tengo noticias del paradero de... Ya saben quien.

Los otros dos le prestaron atención.

――¿Sabes dónde está?

――Solo sé que el señor Hyunbin puede saber, está en el Instituto.

――Genial.――Jimin hablo con sarcasmo.

――¿Qué? ¿No es bueno?

――Apenas podemos mantenernos con vida en las calles ¿Y quieres que crucemos medio país estando así?