Yue, hija de la Luna, puede ver el futuro, pero no vio llegar a Choi Soobin, un ser de luz. Ambas almas se han encontrado repetidas veces en el pasado, pero a causa de hechizo nunca han podido terminar juntos.
Los hijos de la luna han sido perseguid...
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Yue...
Primer día de clases, si les tengo que mentir, diría que estoy muy emocionada, pero en realidad es todo lo contrario. Estoy sentada en cama hace media hora pensado en cómo escapar de esta situación. Lo normal para mí es no estar rodeada de gente, mis sentidos se alteran al instante en que estoy entre la multitud.
---------Siete años atrás---------
Yue celebraba su cumpleaños número once. ¿Su deseo? Salir de las paredes de su casa para una niña que vivió encerrada por tanto tiempo, ese era el anhelo más grande. Grave error.
Después de tanta insistencia Eva, su madre, aceptó llevarla a un parque de diversiones cerca de casa. Su madre había intentado alejarla del exterior, pues sabía que sus poderes necesitaban ser trabajados y controlarlos. Además, no podía estar tranquila con tantos seres malvados en busca de su familia y en especial de su pequeña. Todos los integrantes de la familia se preparaban para ir.
— ¿Estás segura? —preguntó el padre de los niños, esperando a que su esposa terminara de abrigar al recién nacido Minho—.
— No, no lo estoy, pero es su cumpleaños. Temo por ella, temo por todos. Aunque sea la primera y última vez, espero que ella viva como cualquier niña de su edad.
— Ellos no son normales y eso lo sabes.
— Lo sé, pero no quiero ser la mala de la historia, soy su madre no una bruja que los mantiene aprisionados en su propia casa.
— No vuelvas a mencionar lo que alguna vez fuiste, cambiaste y ahora eres buena. —se acerca a su esposa— Tu corazón es bueno y de eso estoy más que seguro.
— ¡Vamos! ya es hora ¡mamá! ¡papá! —Yue entró corriendo junto un Natt no muy emocionado—.
— ¿Cariño qué traes puesto? —preguntó Eva al ver a su hijo mayor cubierto exageradamente de pies a cabeza—.
— Así evitaré leer a las personas. Además, no puedo arruinar mi perfecto polar allí afuera. ¡oh! Y Yue cálmate o te dará una taquicardia —Yue dejó de correr alrededor de la habitación un poco asustada—.
En el instante que la familia Lee ingresó al parque de diversiones, la pequeña empezaba a ver cada detalle del lugar. Su alegría era genuina. Las visiones solo aparecían cuando llegaba a tocar a alguien, pero en general ella mantenía su distancia al montar a los juegos. Sus padres esperaban en un punto fijo por su hija, pues Natt se negaba a explorar el lugar. Tres personas en medio del parque parados con cara de pocos amigos, si, esos eran los Lee.
Yue se sentía cansada y fue a un puesto de refrescos, que cuando llegó estaba vacía. Cuando estaba cerca de la misma una mujer extraña la atendió.
