Yue, hija de la Luna, puede ver el futuro, pero no vio llegar a Choi Soobin, un ser de luz. Ambas almas se han encontrado repetidas veces en el pasado, pero a causa de hechizo nunca han podido terminar juntos.
Los hijos de la luna han sido perseguid...
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Soyeon...
— Mientes, yo no te importó en lo más mínimo. Hace unos instantes lo demostraste, no tienes consideración por nadie a menos de que sea esa maldi..
Sentía que mi corazón explotaría en cualquier momento. De la más inmensa rabia, había pasado a una tranquilidad que erizó mi piel. Todo desapareció para mí, y solo quedaba él. En cualquier momento comenzaría a levitar, si Soobin continuaba besando mis labios. El cosquilleo en mi estómago era igual al que sentí la primera vez que tomó mi mano para caminar juntos. Acaso ¿así se sentía ser amada por unos segundos? Mi alma quería creerlo, quería creer que este beso era la prueba de su amor, pero la magia es parecida a la ilusión.
No lo quería admitir, pero estaba cansada. Amar a alguien que no te corresponde, es agotador. Pero ¿Por qué dejaría ir a la única persona que me ha amado como realmente soy? No podía, no me lo permitiría. Sus labios detuvieron mi ira, pero había descubierto algo interesante. Me gustaba que fuera así, él besándome sin que yo se lo pidiese.
— Debo irme —rompió delicadamente el beso, pero sus manos aún sostenía mis mejillas—.
— Está bien —respondo, alejando sus manos de mi rostro—.
Lo vi tomar sus cosas e irse sin decir nada más. Sonreí tratando de esconder mis pensamientos. Le regalé una sonrisa tranquila, lo segundo era una completa mentira. Me asombraba la capacidad que tenía para dejar de verme vulnerable.
Noté a la señora Sok mirándome desde la sala de estar. Me sonrió, sabía lo que pasaba por mi mente. Después de Soobin, ella era la persona que más me conocía en el mundo.
— Supongo que las cosas salieron bien —se acerca con la postura erguida que le caracterizaba, estaba orgullosa de mí, y lo sabía—.
— Salieron fatal —menciono con ironía—.
— La sonrisa en su rostro dice lo contrario, señorita —ruedo los ojos al escucharla, era tan perspicaz— Si me deja darle un consejo... —asiento al verla pensativa— Fue la primera vez que el joven Choi la besa sin que usted se lo pida. Entonces, no debería..
— Me gusta. Ahora que lo pienso, me gustó hacerlo sentir vulnerable —hablo por instinto y desvío la mirada hacia la puerta—Por primera vez, sentí que yo tenía el control de lo que puede pasar.
— Ya era hora de que se diera cuenta de que con el cuento de niña buena y débil no llegaría a ningún lado con el joven Choi. Con los años que llevo conociéndolos a ambos, le puedo asegurar que él es mucho más débil e inseguro que usted —menciona con una frialdad que solo yo comprendería como cariño— Entonces ¿por qué no cambiar los papeles?
