Yue, hija de la Luna, puede ver el futuro, pero no vio llegar a Choi Soobin, un ser de luz. Ambas almas se han encontrado repetidas veces en el pasado, pero a causa de hechizo nunca han podido terminar juntos.
Los hijos de la luna han sido perseguid...
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Taehyun (Apariencia de Yue)...
Probablemente jamás me había sentido más incómodo en toda mi vida. Mis piernas temblaban a pesar de no estar en la temporada de invierno ¿por qué? Pues la bendita falda dejaba pasar más aire del que me gustaría. Decidí ponerme una chaqueta enorme encima del uniforme para evadir la imagen traumática de mí convertido en Yue. Toda mi apariencia era exactamente como la de la castaña a excepción de mis ojos, pues ella los tenía en un tono miel claro y los míos eran café oscuro. Era claro que no se notaba, pero nadie estaría tan cerca de mí como para notarlo o eso espero.
Permanecía en silencio mientras el auto del Natt se estacionaba cerca de la entrada del instituto. Tenía todo planeado, nada de dirigirle la palabra a otros, nada de contacto, solo estar presente en las clases y ni bien terminen me iría directo donde Glinda. La situación iba a ser sencilla, pues en lo poco que puede estar cuidándola en el instituto Yue no hizo amistades u otro tipo de contacto. Estaba sola. Lamentaba lo que dije aquella vez en la azotea, pero fue necesario para alejarme de ella porque Glinda tenía razón, en algún momento cumpliré mi deuda y desapareceré.
— Estás muy callada desde ayer ¿sucedió algo? —dejo atrás mis pensamientos cuando el hermano de Yue habla. Pienso en como respondería ella. Es tímida, callada y siempre se guarda sus cosas para ella. Entonces...—.
— No es nada. —me da un jaqueca instantánea al escuchar mi nueva voz aguda. Mantengo la mirada en la ventana cuando Natt parece aceptar aquella respuesta—.
Bajo del auto deprisa cerrando la puerta tras de mí. Respiro profundamente sin avanzar por dos razones; uno, debo aceptar que estaba nervioso, y dos ¡Porque Yue no tiene ningún zapato escolar sin un maldito tacón! Llevaba puesto unos botines negros con la altura más reducida que encontré, pero mis tobillos dolían ni bien pisaba el piso. Claro que intenté ponerme unas zapatillas deportivas, pero la mamá de Yue me mandó de regreso a la habitación para cambiarlos por unos de acuerdo a las reglas de etiqueta del instituto.
— Vengo por ti más tarde —escucho la voz del chico dentro del auto—.
— ¡No, arruinarás todo! —me quedo pasmado al darme cuenta de lo que acababa de decir— No, digo iré solo-solaa a casa. No te preocupes, adiós.
Camino lo más rápido que puedo con los benditos zapatos. Al estar dentro del instituto, específicamente cerca del baño en el edifico A, veo mi reflejo en el espejo notando la pésima postura que tenía. Literalmente parecía un gorila con un bolso.
— Está bien Taehyun, piernas cerradas, espalda recta, vista al frente. Esto es fácil solo vas y te sientas en la clase y nada más.
Camino un poco más cuando siento un tirón muy fuerte de mi cabello. En un cerrar de ojos estaba dentro de los sanitarios y cuatro chicas me rodeaban formando una media luna. La que jaló mi pelo suelta una risa realmente sonora al verme confundido.
