Yue, hija de la Luna, puede ver el futuro, pero no vio llegar a Choi Soobin, un ser de luz. Ambas almas se han encontrado repetidas veces en el pasado, pero a causa de hechizo nunca han podido terminar juntos.
Los hijos de la luna han sido perseguid...
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Eva miraba fijamente hacia la calle a través de la ventana de su habitación. La oscuridad estaba presente en todo el lugar y la luz de la luna iluminaba el rostro de la mujer. Eva mostraba seriedad, pero estaba completamente molesta con su hija. Su dedo índice rascaba con fuerza sobre el pulgar, lastimándose hasta el punto de comenzar a sangrar, pero esto no lograba cambiar la expresión en el rostro de la mujer.
Después de algunos minutos, Minjo entra a la habitación para descansar un poco, pues había pasado las últimas horas buscando a su hija en las zonas cercanas a su casa. Al ver a Eva de pie frente al ventanal abierto, se acerca al percibir su aura espectral. Eva vestía un largo camisón negro, dejando suelto su larga cabellera, la cual se asemejaba a la de Glinda. Ambas hermanas tenían un parecido enorme, pero Eva se diferenciaba por su aspecto más desarreglado, pero serio. Minjo dirige la mirada hacia el suelo, logrando ver que Eva estaba descalza, cosa que solo hacía cuando estaba realmente molesta o preocupada por algo.
— Supongo que no la encontraste —la mujer menciona antes de que su esposo tome su hombro, causando un pequeño susto en él. La misma voltea hacia él, cerrando con fuerza la ventana. Eva camina hacia su espejo y toma un cepillo para comenzar a peinar su cabellera oscura— Debe estar con Glinda escondida en alguna parte. Es típico de mi hermana esconderse como una cucaracha. Como odio cuando se entromete en mis asuntos —suspira con pesadez—.
— Si no hubiera sido por ella, nuestra hija tal vez no estaría viva —Eva le dirige una mirada amenazadora a Minjo a través del espejo y sonríe falsamente asintiendo— Me refiero a que ella..
— Ese imbécil, no estaba en el plan el matarla... —Eva menciona para sí misma, pero disimula al ver la cara de intriga de su esposo— No quiero escuchar más por hoy —Eva gira hacia él y acaricia la mejilla de Minjo, dejando expuestas sus heladas manos— no me gustaría pelear contigo en estos momentos. Sé que Yue volverá a casa y cumplirá con su destino. Después de todo, esa es la única razón por la cual la concebimos.
— No hables de nuestra hija como un objeto para lograr vengar a tu padre —los ojos de Eva se oscurecieron al instante, pues aquel tema era uno muy delicado para ella. Minjo se aleja de ella para tratar de convencerla de acabar con el hechizo que ella y su hermana le habían lanzado a su hija— Yue es dueña de su vid..
— ¿Su vida? ¡Cada respiro que da, su insignificante existencia, se debe a mí! Pensé que ya te había quedado claro.
— Solo quiero que nuestra hija tenga una vida tranquila alejada de todo el odio que llevas contigo. Ya no eres la misma que conocí —ambos se encontraban frente a frente. Eva no tenía la necesidad de leer los pensamientos de su esposo, pues él estaba siendo completamente sincero con ella— Si buscamos como revertir el hechizo..
— No quiero. A diferencia de mi hermanita, yo no soy buena lavando el cerebro de las personas con lindos gestos y palabras dulces, así que quiero que te quede esto muy claro —Eva se acerca a Minjo con seriedad— Estás conmigo o en contra mío, cariño.
