Yue, hija de la Luna, puede ver el futuro, pero no vio llegar a Choi Soobin, un ser de luz. Ambas almas se han encontrado repetidas veces en el pasado, pero a causa de hechizo nunca han podido terminar juntos.
Los hijos de la luna han sido perseguid...
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Yue...
Una vez en el auto, Taehyun comienza a dar su discurso, poco amigable, acerca del porqué está enojado conmigo por haber desaparecido. Se supone que ambos tenemos la misma edad, 18 específicamente, solo que este hombresito tiene complejo de adulto sobre-protector.
— ¿¡Cómo se supone que debo cuidarte si desapareces cada que se te canta en gana!? Incluso tuve que preguntarle a ese chico raro con el que siempre estabas —lo miro rápidamente—.
— ¿Hablaste con Huening Kai? ¿cuándo? ¿qué te dijo? ¿cómo está? —me acerco a él—.
— Mantén silencio, no me dijo nada en especial...aunque
— ¿Aunque? —lo miro expectante mientras me muestra una cara de desinterés—.
— Se veía, como decirlo, como un cachorro abandonado. Entonces, entendí que tampoco sabía de tu paradero.
— Debe estar odiándome —me alejo y recuesto mi cabeza en la ventana— me gustaría decirle donde estoy y ¡espera! ¿cómo supiste donde estaba?
– Lo de Corea, me lo dijo la dueña de tu antigua casa y donde estabas ahora fue por mera casuali... —oh no, iba a decir la palabra que más odio— el destino. Ahora que lo recuerdo ¿¡quién es ese idiota engreído!?
— Oye, no lo llames así.
— Oh no, tuve que soportar tu pubertad y ahora esto. Creo que tendré que hacer un nuevo informe. "La misión no solo desapareció, sino que se enamoró".
— No estoy enamorada, el amor no se da tan rápido. Creo que todo sería más fácil si supiera el porqué siempre te tengo pegado como una garrapata —me acerca a su rostro mientras el se concentra en el camino— ¿Acaso te gusto? —sonrió internamente, mueve mi cabeza con su mano y me aleja—.
— No digas tonterías, creo que tu tonto sentido del humor no cambió nada.
— Entonces ¿dime quién te mandó a cuidar de mi? —se queda callado— Vamos, nos conocemos desde que tengo 12, creo que es hora de que me lo digas. Eres un guardián y...
— Sabes que no te lo diré ahora.
— Bueno. Una cosa más ¿de dónde sacaste el auto y una licencia? —él sonríe—
— ¿Quién hablo de tener licencia? los seres como yo no necesitamos ese tipo de cosas.
— ¿Si? Pues un ser como yo si puede ir a prisión por ser la cómplice de un seudo guardián mágico.
— ¿Seudo? Soy un guardián. Además, tranquila tengo todo controlado. Ahora, te ordeno que me digas tu dirección.
— No se supone que eres un ser supremo con habilidades infinitas que nadie.
