Yue, hija de la Luna, puede ver el futuro, pero no vio llegar a Choi Soobin, un ser de luz. Ambas almas se han encontrado repetidas veces en el pasado, pero a causa de hechizo nunca han podido terminar juntos.
Los hijos de la luna han sido perseguid...
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La habitación de Yue se encontraba en completa calma mientras comenzaba despertar. Ir al instituto no estaba en sus planes, pues el cansancio que su cuerpo sentía desde que despertó en aquella cabaña era enorme. Al abrir los ojos observa con tranquilidad hacia el techo, el despertar en su casa esta vez calmaban aquellos sentimientos negativos que le causaba Glinda.
Después de estirarse entre las cobijas, toma su teléfono que estaba a un costado de su almohada. Con lo sucedido anoche, había olvidado por completo revisar el celular. Aunque no contaba con numerosos contactos o redes sociales, solo había una persona que podría haber escrito. Una sonrisa se apodera de su rostro al ver la barra de notificaciones.
— Seis mensajes —se levanta y apoya en la cabecera de su cama— Espera... Salimos el sábado y hoy es martes ¿Estuve inconsciente por dos días? —menciona confundida, pues aún no había hablado con sus padres sobre lo sucedido— Y Soobin solo me escribió seis veces. Waa, que poco interés —niega mientras sonríe—.
Se acomoda un poco más y entra al chat que mantenía con el chico desde que intercambiaron números.
[Soobin]
¿Llegaste bien a tu casa?
¿Estás dormida? Si no lo estuvieras responderías, que tonto soy jajaja.
Me gustó tener una cita contigo, pero la próxima vez asegúrate de no desmayarte. Aún falta que conozcas un lugar especial, así que el siguiente sábado no escaparás...
— ¿Cuándo mencioné que fue una cita? Está loco... —Yue inclina su cabeza al preguntarse sobre la etiqueta que Soobin le puso a su salida— Salimos como amigos.
[Soobin]
Buenos días, ¿despertaste? ¿Te sientes mejor?
Mis mensajes te llegan, pero no respondes ¿Pasa algo?
¿Yue?
— ¡Claro que me pasó! Desperté en un lugar desconocido. Al parecer te preocupaste ¿Debería llamarte? —Yue se fija en la hora y sonríe decidida— Es medio día. Seguro estás comiendo algo.
Después de pensarlo un poco, presiona la tecla para llamarlo. Yue decide dejar la cama y comienza a caminar hacia su ventana. Un cosquilleo en su estómago le hace sentir nerviosa mientras espera.
— ¿Hola? —una voz femenina contesta la llamada, borrando la sonrisa de Yue— Soobin, cariño despierta. Tienes una llamada —Yue escucha claramente lo que aquella chica le decía a Soobin al otro lado de la línea— Un momento, ahora contesta.
— Sí... —menciona sin mucho ánimo. Tal vez era su madre— Hol.. —Taehyun toma su teléfono antes de que pueda escuchar la voz de Soobin— ¿¡Qué te pasa!? Estaba hablando con alguien.
