Yue...
Corea del Sur... Si me lo preguntaban dos meses antes jamás me hubiera imaginado vivir aquí. Bueno, literalmente no lo vi venir, pero son estos giros del destino los que me agobian.
Me encuentro en una cafetería, la primera que vi después de salir de casa. Mi madre decidió que ya era hora de entrar al colegio ¡Uno normal! Nunca estudié fuera de casa. Si no fuera por mi hermano Natt esto no estaría pasando. Natt recibió una beca en la universidad de Seúl, puesto que no la rechazó, ve me aquí.
Mi café con vainilla llega desprendiendo un espectacular aroma. La mesera deja rebanadas de queso y jamón a lado del plato con pan tostado. Agradezco y me predispongo a beber el café con mucho cuidado. Nunca me han gustado las cosas calientes, pero era una ocasión en la que necesito pensar las cosas y nada mejor que la cafeína.
Cuando intento preparar el sandwich me detengo a analizar. En la mesa no había más que palillos y la taza. Esto definitivamente entra al top 3 de las cosas que no me gustan de Corea. Se supone que debo hacerlo con los ¿palillos? Genial.
Podía jurar que me estaba volviendo bisca mientras trataba por quinta vez tomar el jamón con los palillos, siento que alguien toma asiento a mi derecha. Me exaltó un poco por la presencia desconocida.
— Está ocupado —le digo mientras me mira sonriente— hay muchas mesas por allá —señale mientras soy lo más amable posible—.
— ¿Quieres que te ayude con eso? —sonriente, su mirada se dirige a mi intento de sandwich. Siendo sincera, me estaba saliendo todo mal—.
— No, estoy bien... Gracias —tomo una vez más los palillos, pero aún siento su mirada— mmm, se te ofrece algo más. No quiero sonar grosera pero esto es raro.
— Solo vi a una chica notablemente hambrienta tratando de prepararse un sandwich sin éxito. —me arrebata los palillos, sonríe y comienza a preparar uno— Como soy un buen tipo lo haré por ti.
— Quién me asegura que no eres un secuestrador o un... —se me queda viendo— ¿Qué miras?
— Tienes crema en la nariz —me limpio rápidamente, que vergüenza—.
El ambiente queda en silencio. Lo veo mientras prepara el sandwich. Lo miró detalladamente, su rostro es realmente bello. En realidad, este chico no tiene cara de delincuente. Es más tiene una cara muy bonita como la de un conejo. Es lindo y cuando sonríe aparecen dos hoyuelos.
— Tómame una foto —me mira burlón. Me tomé demasiado tiempo viendo su cara.— durará más.
— tsh... Claro lo haré —tomo mi teléfono y le tomo la foto— Ya está.
— Toma, disfrútalo —pone el plato con dos sandwiches, recuesta su rostro en sus brazos y se queda mirando—.
— Gracias —digo emocionada, pues tenía mucha hambre porque salí de casa sin desayunar—.
— No eres de aquí, ¿cierto?
— ¿Se nota? —hablo con la boca llena y notable tono sarcástico, pues sé que mi acento no pasa desapercibido nunca—.
— Esta bien, pregunta tonta, lo entendí. ¿cuál es tu nombre?
— Yue.
— ¿Jae? —termino de pasar el retazo de comida—.
— Yue —repito más claro y trato de terminar la comida lo más rápido posible—.
— ¡Oh! Yue. Lindo nombre. ¿No preguntarás por el mío? —me mira y sonríe, pero eso no me interesaba—.
Esta bien, no iba a hacer grosera, después de todo me preparo comida.
— No. —continúo comiendo sin prestarle atención—.
— Mi nombre es Soobin —hace caso omiso a mi respuesta y me tiende la mano— Un gusto.
Contacto físico la única cosa que odiaba en este mundo después de las bebidas de uva. Frunso el ceño y le tomo la mano.
"¡Eres tú! —sonríe— Chica de los sandwiches —Soobin me toma del brazo—"
Parpadeo varias veces. No pasaron más de quince minutos y este chico ya forma parte de mi futuro, pero claro todos los encuentros marcan de alguna manera el futuro. Aunque porqué no poner a prueba al destino.
— ¿De dónde eres? —su ronda de preguntas continua, no podía comer tranquila—.
— ¿Eres del censo o algo así? Soy de Corea pero viví mucho tiempo en Australia.
— ¡Oh! estuve allí el verano pasado, es hermosa —me mira detenidamente—.
— Dirás hermoso
— Si, también.
No entendí.
— Bueno, gracias por lo de la comida te debo una, pero debo irme a casa mi madre debe estar esperando. —levanto mi mano y la mesera trae la cuenta— Adiós Soobin —me dirijo a la caja, pero Soobin me sigue. Después de estar algunos segundos parada frente a la caja me dan el vuelto y agradezco— Bye.
— ¡Espera! —me toma del brazo con delicadeza— No quiero sonar mal pero ¿Por qué no me das tu número y... —sonrío ante su sonrojo— digo, eres nueva aquí si quieres puedo..
— Esta situación es extraña, pero por tu ayuda creo que no eres alguien con malas intenciones —sonríe ampliamente— Algo que debes saber de mi es que creo mucho en el destino. Te daré mi número, pero con una codición —me mira extrañado y asiente—.
Tomo mi vuelto, un billete de 10.000 wons, y sacó una lapicera de mi cartera.
| Yue~~.... 917 372 367 <3 |
Estira el brazo con la intención de tomar el billete. Camino hacia el mostrador y coloco el billete en la lata de propinas.
— Si el destino es encontrarnos una vez más, el billete llegará a ti y me llamarás. —sonrió y salgo del lugar dejándolo—.
Si estás dentro de mis visiones, entonces es un hasta pronto Soobin.
Bueno espero que les guste♥...
Aclaración super super importante las visiones del futuro de Yue siempre estarán en cursiva, negrita y entre comillas."..." 🐼💋
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⚸MAGIC LOVE⚸ || CHOI SOOBIN
FanficYue, hija de la Luna, puede ver el futuro, pero no vio llegar a Choi Soobin, un ser de luz. Ambas almas se han encontrado repetidas veces en el pasado, pero a causa de hechizo nunca han podido terminar juntos. Los hijos de la luna han sido perseguid...