-Capítulo 10-

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Los meses pasaron rápido, ya estabamos en junio a mitad de año y con varias cosas de la organización para el baile casi listas, habíamos estado vendiendo, haciendo ferias o sorteos para poder recaudar el dinero necesario para una noche que nadie o...

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Los meses pasaron rápido, ya estabamos en junio a mitad de año y con varias cosas de la organización para el baile casi listas, habíamos estado vendiendo, haciendo ferias o sorteos para poder recaudar el dinero necesario para una noche que nadie olvidaría, hasta la persona más antisocial la pasaría genial, porque yo me aseguraría que eso pase, todos merecen ser felices, aunque sea por una noche. Al parecer era una gran coordinadora, ya que me lo recordaban seguido, las personas de mi aula y la de los demás comenzaron a tomarme en cuenta, ya no era más la chica que queria pasar desapercibida, ahora todos me conocían y siempre estaban invitandome a fiestas a las que Adam me arrastraba a ir. Habían sido meses intensos, pero aún faltaba para la fiesta de fin de curso, ¿estaba nerviosa?, ¡claro que lo estaba! Toda mi vida soñé con que este día llegara y tan solo estaba a unos meses de poder lograrlo.

—Los exámenes de la universidad son en agosto— me recordó Adam mientras jugaba con un mechón de mi cabello.

—Sip, estoy segura que entraré en la UNM, mmm necesitaremos luces...— dije esto último mientras anotaba en mi libreta.

—Estoy seguro que lo haras, pero debes ir a la capital si entras— su tono de voz se apagó.

—Al final, ¿qué sucedió con los tipos de aquella vez que vendrían a verte?...

—Ah, nada, simplemente hablé con ellos, no tiene importancia— sonrió y movió la mano restandole importancia.

El timbre sonó y tuvimos que separarnos ya que íbamos a diferentes aulas.

Además de las luces necesitaríamos un buen DJ, ¿cómo es que cosas tan básicas las dejé para último momento? Necesitaría hablar con mucha gente y hacer varias llamadas para conseguir un buen servicio al mejor precio, ¿hotel? Trivago. ¡¿Espera... qué?!. Muevo mi cabeza.

La clase empieza con normalidad, estoy exhausta pero aún así presto atención.

Desde el accidente de mi abuelo no ha tenido otro infarto, aunque desconozco la razón que lo provocó, ambos evaden el tema cada vez que quiero hablar con ellos. En fin, tampoco voy a darle tantas vueltas al asunto, ahora debo estar concentrada en todo lo que tengo a cargo.

El timbre vuelve a sonar indicando la hora de salida, guardo mis cosas y salgo del salón, doy unos pasos cuando me encuentro a la francesa del aula de Adam rodeada por el mismísimo Adam, desde donde estoy puedo ver claramente la escena, él está muy cerca de ella y toca ligeramente las curvas de la rubia.

¿Acaso están teniendo sexo con ropa? Siento mis mejillas ruborizarse y salgo de allí sin importarme el ruido que hacen mis zapatillas al chocar con el suelo, miro hacia atrás y puedo ver como Adam me observa asombrado, con demasiada vergüenza salgo del edificio lo mas rápido que puedo y me coloco los patines, escucho la puerta de salida abrirse, apresuradamente salgo de allí.

—Aylín— escucho su voz pero no me detengo.

Dios, ¿acaso estaba imaginando a mí en lugar de ella?, no Aylín, son mejores amigos, no puedes, no debes sentir atracción hacia él.

Amor en ocho ruedas [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora