La larga historia de amor continuaba, pero a un ritmo totalmente diferente, era como estar en armonía cada uno luchando contra nuestros demonios internos. Un mes pasó en el que trabajaba en el restaurante e iba a la universidad, en ambos lugares solía toparme con Adam quien me observaba con la malicia en sus ojos como siempre, pero con la sonrisa de ángel que me dejaba perpleja. El caos perfecto que mi vida necesitaba pero que aún no estaba preparada completamente para recibir.
Una chica de pelo completamente oscuro largo hasta sus hombros entró por la puerta, dejé de secar los vasos y tomé la libreta para anotar su pedido, patiné hacia una de mas mesas del fondo que era donde ella se encontraba. Me acerqué y ella clavó sus penetrantes ojos azules en mí.
—Quiero un batido de fresa y dos donas por favor— ordenó mirando el menú.
—Claro, ¿las donas de que sabor? La casa recomienda las de vainilla con glaseado de banana— comenté siendo cortés.
—Emm, si, dos de esas, por favor— ella cerró el menú y me lo entregó con una pequeña sonrisa.
—Bien— le sonreí de vuelta y fui directo a preparar su orden.
La chica llamaba mucho la atención, no sabía si era por la gran belleza que poseía o por que nunca la había visto antes, de cualquier manera no era la única que se habia dado cuenta de que ella estaba en aquel lugar ya que Gastón, quien estaba escribiendo muy entretenidamente en su laptop se detuvo y se quedó mirando a la pelinegra. Pasé por su lado con el pedido de la muchacha y golpee su nuca para que dejara de acosar a la pobre chica que, por suerte, aún no se habia percatado del pequeño escritor acosador de mi mejor amigo.
Luego de terminar su comida la chica se puso de pié y se dirigió a la caja a pagar, ella hablaba muy animadamente con Mimi quien parecia conocerla de toda la vida, me pregunto quien será esa chica,y por qué se me hace extrañamente familiar.
Cuando ella se marchó me senté en la mesa en la que estaba Gastón quién parecía perdido en sus mas profundos pensamientos, por mas que hiciera gestos graciosos con mi cara él ni siquiera se percaba.
—Siento como si ya hubiese visto antes a esa chica...— suspiró mientas tenía su rostro apoyado en su mano —Espero volver a verla, quiero saber quién es.
—Amor a primera vista eh— alcé mi ceja —Eres un escritor es obvio que tiendes a ser mas receptivo con tus emociones, aunque no te des cuenta.
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Amor en ocho ruedas [Pausada]
Teen FictionTras la terrible perdida de su amado tío, Aylín se sentía terriblemente sola, con la única compañía de sus abuelos quienes ya estaban muy viejos y arrugados como para darle un poco de emoción a su vida. Dejada por sus padres siendo una recién nacida...