-Capítulo 26-

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Mis días pasaban muy intensos, por la mañana iba a la universidad, por la tarde tenía entrenamientos o partidos, los fines de semana iba a fiestas a escondida de mi hermana, aunque estaba seguro de que Mía se había dado cuenta de eso, yo también m...

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Mis días pasaban muy intensos, por la mañana iba a la universidad, por la tarde tenía entrenamientos o partidos, los fines de semana iba a fiestas a escondida de mi hermana, aunque estaba seguro de que Mía se había dado cuenta de eso, yo también me habia percatado de algo, ella estaba algo tensa cuando mis amigos estaban cerca, puede ser que no esté acostumbrada a tantas personas bajo un mismo techo, pero los chicos prácticamente viven aquí, no veo un problema en eso, además ya les advertí sobre poner un dedo sobre ella, no vivirán para contarlo. Eso me tenía malditamente estresado, estsr vigilando a mis amigos que son como mis hermanos, no desconfiaba de ellos... Bueno tal vez sí, un poco, sobretodo de Christian, él es un tipo que le gusta meterse en problemas.

—¿Problemas en el paraíso?— Aylín se acerca con mi pedido.

—No molestes chica café— ella sonrió burlona.

—La respuesta 4.5 está mal, vamos Morrison eso es conocimiento general— me guiña un ojo a lo que respondo con un bufido. Se aleja en sus patines y se sienta en la mesa en la que se encuentra el idiota de lentes que habló ayer con Mía, era molesto no poder dejarla ni 5 minutos sola que iba un bastardo a hablar con ella.

Terminé mis trabajos y los envíe por correo electrónico, espero que estén bien. Un mensaje llega a mi celular, al ver la pantalla es de Salvador, quiere que nos veamos en el mirador. Junto todo y salgo por la puerta no sin antes dejar propina.

Conduzco a velocidad moderada, desde hace un buen tiempo que no tengo una charla con mi hermano de otra madre, siempre es bueno hablar con él, ayuda a aclarar mi mente y acomodar mis ideas, realmente no sé que sería de mi sin ese idiota grandulón. Llego y él ya está fumando un cigarrillo sentado en la parte delantera de su auto.

—Creí que dejarías esa mierda— me quejo sentandome a su lado, sonríe de lado y me lo extiende —Odio esa porquería.

—Solo lo hago cuando me siento al límite— se encoge de hombros, ladeo mi cabeza en desaprobación pero bo digo nada mas al respecto —En secundaria solíamos venir todo el tiempo, ¿qué nos sucedio?.

—Crecimos— suelta una pequeña carcajada —¿Qué es lo que te tiene al límite? ¿Está todo bien con Olivia?.

—Todo está mas que bien con ella, lo que no está bien soy yo... Hay otra mujer— suelto un silbido —ella es como una dinamita.

—Se oye estupenda hermano, ¿que hay de malo con ella? ¿Tiene novio, no te corresponde?

—Es algo complicado, nos conocimos hace un tiempo, y hace un poco nos volvimos a encontrar... No puedo dejar de pensar en ella.

—Si te tiene tan mal, ¿no es mejor resolver las cosas? Yo que tú no la dejaría ir tan fácil.

—Mira quien habla, hace ¿seis años? que no puedes decirle a Aylín lo que sientes por ella— golpeo su hombro a modo de juego —¿Aún no te animas?.

Amor en ocho ruedas [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora