-Capítulo 21-

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El viaje terminó desgraciadamente rápido, llegamos por la noche y ayer pasé todo el día en casa descansando, hoy ya me tocaba ir a trabajar al club nocturno, estaba un poco nerviosa y ansiosa, aunque sabía que no haría mucho esta noche

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El viaje terminó desgraciadamente rápido, llegamos por la noche y ayer pasé todo el día en casa descansando, hoy ya me tocaba ir a trabajar al club nocturno, estaba un poco nerviosa y ansiosa, aunque sabía que no haría mucho esta noche.

—¿Trabajaras todas las noches?— preguntó mi abuela entrando en la cocina.

—Nop, solo los viernes, sábados y domingos, la paga es muy buena— ella sonrío ampliamente.

—¿Solo te importa el dinero?— bromeó y asentí frenéticamente —Te haz vuelto mucho mas ambiciosa que antes— reí recordando que cuando era mas pequeña solía jugar a las apuestas con mi tío y siempre terminaba ganándole. Me encogí de hombros ahogando una pequeña risa que quería escaparse de mí.

La tarde pasó realmente rápido, y una hora antes de ir al club comencé a prepararme, ya tenía el uniforme que consistía en una camisa blanca, un moño o cobarta negros, hoy usaría el moño, un pequeño delantal rojo y pantalones negros, maquillé un poco mis ojos con mascara para pestañas y sombras oscuras. Cuando estuve lista tomé mis patines y salí rumbo al centro de la ciudad, era raro patinar con esta ropa pero no tenía otra opción, al llegar tuve que ingresar por la puerta trasera.

Las luces estaban encendidas, prácticamente me encandilaban, todo el personal estaba limpiando y dejando en condiciones para esta noche. Camino hacia la barra en busca del barman.

—¿Aylín?— una voz dulce llama mi atención al darme vuelta me encuentro con una chica de pelo corto, mechas de colores rosas y piercing por su rostro, extiende su mano con una sonrisa en sus labios —Soy Sonia, la barman— me guiña un ojo, un poco sorprendida acepto su apretón.

—Es un gusto— mi voz suena dudosa.

—¿Por qué vacilas? Espera... ¿Pensabas que el barman sería un hombre de 1,80 de altura musculoso y apuesto?— levanta una ceja y su sonrisa parece juguetona.

—Nono, si, digo... Creí que seria un hombre— suelta una pequeña risa. Toma mi mano y me guía detras de la barra.

—Aquí es nuestro lugar de trabajo, siempre estoy moviendome de un lado a otro, es por eso que el lavabo está justo aquí— señala el centro del lado de la pared un pequeño lavabo con una oxidada cañilla de la cual gotea agua —Por el momento solo lavaras los vasos que las chicas dejen en esta mesa, a medida que los vayas lavando los dejas secar en esta otra mesa, mi palabra de ayuda es OED, que es la abreviación de "otro estúpido derrame", eso significa que necesito que limpies la barra, al estar muy ocupada preparando los tragos no puedo limpiar asi que eso es tambien parte de tu trabajo— asiento mientras ato mi pelo en una coleta —En ningún momento se te ocurra atender a algún bastardo, tú concentrate en lo tuyo y no tendremos problema— pasa su lengua por sus carnosos labios y comienza a jugar con el piercing que tiene en el labio superior, me guiña un ojo y sigue explicando —Este no es un lugar de lujo o algo por el estilo, los clientes se amontonan para poder pedir sus tragos y es muy posible que mientras esperan su bebida comiencen a decirte tonterías que salgan de sus asquerosas bocas, espero que eso no te afecte, de igual manera el de seguridad siempre está controlando a los babosos... Sin mas que decir— junta sus manos a la altura de su pecho —¡Buen comienzo!.

Amor en ocho ruedas [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora